Valkiria

Autora: Clara Mª Bailón Sánchez
Curso: 2º ESO A
IES Clara Campoamor, Peligros (Granada)

Valkiria. Al principio, una palabra desconocida, vacía de significado para mí. Pero que, a medida que he ido avanzando en esta emocionante historia, se ha ido llenando de connotaciones. A continuación, voy a explicar por qué esta palabra, a partir de haberme leído este libro, significa ya tanto para mí.

Adquirí el nuevo libro que David Lozano había publicado, gracias a que en mi instituto me lo recomendaron y no dudé en comprarlo pues este autor es uno de mis favoritos.

La muerte de Marta fue el impactante comienzo. La huida de Rubén, lo que le siguió. Y aunque en ese momento no sabía lo que pasaba, supe que acababa de sumergirme  en una historia de la que ya no podría salir hasta acabarla. Aparecen Unai y Vega y poco después, Compu. ¡Todo comienza cuando Unai recibe el dichoso mensaje! Y es que, a veces, en ciertos  momentos de este libro, cuando me sentía desesperada porque los personajes estaban en situaciones casi irreversibles, llegué a pensar en que ojalá él no hubiera recibido aquel mensaje. Pero ahora, pensándolo bien, no me arrepiento de que lo haya recibido, porque así he podido vivir esta aventura como si fuera realidad.

De hecho, voy a citar una pequeña reflexión de Ángel González que me encanta y con la que me siento muy identificada:

Al lector se le llenaron de pronto los ojos de lágrimas,
y una voz cariñosa le susurró al oído:

— ¿Por qué lloras, si todo
en ese libro es de mentira?

Y él respondió:

–Lo sé
Pero lo que yo siento es de verdad.

Ángel González.

¡Tiene tanta razón! Porque yo, con cada libro que realmente sea bueno como lo es Valkiria, disfruto con él, acompaño a los personajes, me enfado, me alegro, lloro, me desespero, me preocupo… Y cuando tengo que dejar de leer, me entra una inmensa tristeza. Y mientras no estoy leyendo, pienso en los personajes, esperando ansiosamente el momento en el que me voy a reencontrar con ellos, al volver a abrir las páginas de un  libro que me está esperando a mí. Y ya, cuando  acaba la aventura, acabe como acabe, me sumo en una gran melancolía, añorando los momentos en los que  disfrutaba de las peripecias de los personajes, ansiando saber más sobre ellos y pensando que el autor podría hacer otro libro sólo para saber qué les ocurre ahora o qué les pasará después, simplemente, disfrutar de su presencia. Porque después de haber vivido esa experiencia con ellos les tomas cariño y si durante la historia les ocurre algo, lo sientes de verdad. Y aunque parece que estoy hablando de personas de verdad y no lo son, es lo que yo siento, como si hubiera conocido a nuevas personas.

Por eso, para mí los libros son una cosa esencial en mi vida, porque me abren la mente y el corazón, porque me ayudan a ver la realidad de diferente manera, porque me enseñan mucho y sobre todo, porque me apasionan.

Una de las enseñanzas que más he aprendido de Valkiria es que a veces huimos de los problemas, porque es lo fácil, pero si te enfrentas a ellos te haces fuerte y te sientes capaz de todo, aunque a veces haya que pasar por momentos de sufrimiento, como le pasa a Unai con el maldito juego, porque le causa muchos  problemas y lo pone en situaciones comprometedoras con Vega, su novia. Con la pequeña diferencia de que,  en este caso, Unai no tiene opción de elegir, sino que se tiene que enfrentar a ellos, porque se han cruzado en su camino. Se tiene que enfrentar a ellos decidiendo si contarle a Vega el contenido de ese comprometedor vídeo o no. Pero en el fondo, ella ya intuye algo, porque Unai ha actuado algunas veces de una forma que no es propia de él. Vuelven a pasar cosas extrañas en la residencia universitaria, y Unai, ya tan obsesionado con el juego, sólo lo relaciona con él, que ha sido obra de esa maldita aplicación que lo controla, que le quita el sueño y que lo inquieta tanto.

Y por cada palabra, cada frase, cada página, cada capítulo, agradezco a David Lozano que haya escrito esta apasionante y misteriosa historia, porque desde el momento en que leí la primera palabra, el libro ha estado emocionante en todo momento, y la prueba es que lo devoré en escasos días.

Así que, resumiendo, las connotaciones que yo tengo de la palabra Valkiria después de haberme leído esta obra maestra, para mí, son buenos momentos, intriga, emoción y disfrute.

Y aquí concluye el relato de mi libro preferido, no sin dudas, pues todos los libros con los que me ha obsequiado la biblioteca de mi instituto, son excelentes y te hacen soñar. Aprovecho para dar gracias a todas las personas que se esfuerzan para que un libro llegue a mis manos y me lo pueda leer. Pero ya estoy sumergida en otra lectura y, promete.

 

El negocio de papá

Autora: Minerva Cebrián Marín
Curso: 2º ESO-A
IES Clara Campoamor, Peligros (Granada)

Como ya sabéis este es un libro como otro cualquiera, pero a mí me ha impresionado la forma de contarlo, sólo habla el protagonista y cada sesión a la que va el niño es una historia. Me encanta cómo lo relata y la gran originalidad.

Yo tengo mis gustos y cada uno los suyos. A mí me gusta este libro y es muy probable que no sea la única y creo que a muchos les chocará por la forma porque es un poco confusa. Pero sobre todo me gusta por su contenido porque poco a poco nos hace concienciarnos sobre un tema, que los afectos son más importantes que el dinero y nos hacen más felices. Todo está adornado con travesuras que van animando la lectura y no puedes dejarlo, tienes que seguir leyendo.

Pero si queréis saber de lo qué va tendréis que leerlo.

 

Alas de fuego y Alas negras

Autora: Cecilia López Ballesteros
Curso: 2º ESO-B
IES Clara Campoamor, Peligros (Granada)

Para algunos, coger un libro puede ser coger un objeto lleno de páginas con palabras que forman oraciones de sentido completo y con una sintaxis elaborada. Personalmente para mí, coger un libro es coger una llave para abrir la puerta hacia un mundo nuevo por descubrir.

Abrirlo por la primera página, sentir su tacto, su aroma a libro nuevo o antiguo y comenzar a leer. Esos son los pasos que siempre doy antes de sumergirme de lleno en el maravilloso mundo de la lectura y pasar a formar parte de la historia, viviendo las aventuras de los personajes como si fuera yo la que las vive, sentir sus emociones como si fuera yo la que las siente. Llorar con ellos, amar con ellos, ser libre con ellos.

Me ha sido muy difícil elegir un libro ya que me gusta tanto leer que devoro páginas y páginas con la misma facilidad que respiro y, salvo uno o dos, todos me han gustado hasta el punto de que cuando me los terminaba me los releía y me apuntaba las mejores frases o los mejores momentos. Siempre hay libros de todos los tipos. Están los que te hacen reír a carcajada limpia, están los que te hacen parecer una magdalena de la llorera que has tenido y también están los libros de los que te enamoras o bien de la portada, o del título o de la primera oración del resumen de la contraportada o de un pasaje inolvidable.

Algo así me pasó con estos libros que he elegido. El primer día que fui a la biblioteca del instituto, cuando estaba en primero de la ESO, me detuve instintivamente en la estantería de Laura Gallego y vi un libro con consistencia como los que me gustan y lo cogí. Me enamoré del libro en el instante en el que lo tuve en mis manos. La portada fue lo primero que captó mi atención: un ángel con una espada y armadura. Después pasé mis dedos por las letras del título, Alas negras y, finalmente, me fui a la contraportada para ver de qué iba y me enganchó. Entonces no sabía que era la segunda parte de otro libro, aunque algo intuía.

Me lo llevé a mi casa y me lo leí. Yo suelo leer por las noches y eso fue un problema porque mis padres tuvieron que venir a mi habitación muchas veces a decirme que apagara la luz, cosa que me ha pasado con cualquier libro bueno que me ha enganchado. Lo mejor de ese libro era, y es, el modo que tiene Laura Gallego de transmitir las emociones de Ahriel, así que cuando me enteré de que la primera parte era Alas de fuego y no quedaba en la biblioteca del instituto, no lo dudé un instante, me lo iba a leer. Contacté con una amiga de mis padres que lo tenía y se lo pedí.

Si Alas negras me había llegado al alma, Alas de fuego me llegó al corazón. De los dos libros, de ese es del que tengo más frases y momentos apuntados. Pero no solo tomo nota de los mejores momentos, también de las enseñanzas que puedo sacar de ellos.

Estos dos libros me han enseñado a volar sin necesidad de tener alas, me han enseñado a ser dueña de mi destino y mis decisiones. He aprendido que la persona aparentemente más fría puede llegar a amar con toda su alma y que, citando una de las frases de Ahriel, “el mundo no es blanco ni negro, sino que tiene infinidad de tonos de gris”.

Estos libros han entrado en mi vida y han dejado huella, por lo que no se van a ir de ella. Pero no solo los libros, también la autora. Laura Gallego ha sido mi inspiración y mi modelo a seguir en más de una ocasión, marcó un antes y un después en mi vida. Cuando estaba en tercero o cuarto de primaria me leí Donde los árboles cantan y, desde entonces, mi vida como lectora ha cambiado mucho. Antes de aquel libro pensaba que la lectura era algo que te obligaban a hacer en el colegio, pero descubrí que no era obligatorio, sino necesario para mí, para adentrarme en un mundo de aventura, fantasía e inquietud, lo que me obligaba a leer y seguir leyendo.

Tras leerme varios libros de Laura Gallego y de otros muchos autores como Sir Arthur Conan Doyle, W. Shakespeare, Calderón de la Barca, Gustavo Adolfo Bécquer, Alfredo Gómez Cerdá, Jordi Sierra i Fabra, Stephen Hawking, Richard Castle, Elia Barceló, César Mallorquí… he desarrollado aún más mi actitud positiva hacia la lectura, adquiriendo en esta un amplio vocabulario y conocimiento expresivo, lo que ha hecho que incluso esté interesada por el mundo de la escritura en el que ya he hecho pequeñas incursiones.

Toda mi personalidad actual se la debo a estos autores y a sus libros, pero especialmente, a Laura Gallego. Le agradezco mucho que haya creado un personaje como Ahriel y que se le hayan ocurrido tantas historias para ella, el ángel guardián que fue traicionado, que acabó en Gorlian, que se enamoró a pesar de que no debía hacerlo, que se convirtió en la Reina de la Ciénaga, que descubrió su lado humano, que bajó al infierno (varias veces), que fue expulsada de su ciudad natal y que consiguió ser libre y feliz con sus seres queridos. El ángel que no era ni demonio, ni humana, ni ángel. El ángel que era Ahriel, con todas sus virtudes y todos sus defectos, con todos sus sentimientos y sus ganas de vivir en libertad.

Por todo lo expresado anteriormente, recomiendo a toda mi generación y a las generaciones venideras que se inmiscuyan en la lectura, aprovechando todos los recursos que nos ofrecen tanto los institutos como las bibliotecas. Con ello podrán descubrir nuevos mundos apasionantes como me ha pasado a mí.

 

El príncipe de la niebla

Autor: Iván Jiménez Martín
Curso: 2º ESO-D
IES Clara Campoamor, Peligros (Granada)

Cuando leí este libro por primera vez me sentí la persona más afortunada del mundo por haber conseguido encontrar un libro tan fantástico, emocionante y bonito. Era uno de los primeros libros que leí que se podía decir que valía la pena, pero de eso hace unos tres años. Han pasado muchos más libros por mis manos después de ese, pero aquel fue el libro que se podría decir, me hizo descubrir un mundo de fantasías que puedes crear tú mismo solamente a través de los pensamientos y los sueños. En este caso, de las palabras, unas palabras que me engancharon desde la primera página, desde la portada, hasta el final.

Me dio mucha pena terminar el libro, había sido fantástico, aquellos días en los que lo devoré sin inmutarme, en los que el mundo se detenía para mí y lo único que me importaba era aquella historia de aventuras, de misterio y miedo, de intriga y suspense y todas las sensaciones que se pueden sentir. Me sentía flotar en las nubes y yo mismo iba construyendo las escenas poco a poco, imaginándome los flashback de los personajes y eso es lo más importante para mí de un libro, la capacidad que te aporta para poder imaginarlo todo, pero no como el autor quiera, sino que te da libertad para pensar de qué color era el faro, cómo era el jardín de estatuas en la casa que podía estar encantada, el barco hundido…

Cuando me dijeron que este año había un concurso en el que se comentaba el libro que más te había gustado, sin pensarlo recordé el primer libro que me había marcado en la vida: El Príncipe de la Niebla. Lo busqué en la biblioteca del instituto y sin sorpresa lo encontré, porque de esa biblioteca he leído montones de libros y todos sin excepción me han maravillado, así que en cuanto lo encontré me puse a leerlo un día tras otro sin poder dejarlo ni un instante. Aunque era la segunda vez que leía este libro no dejó de emocionarme tanto como la primera vez, aunque aquella vez había sido mágica. Le debía tantas cosas a este libro que quise agradecérselo de esta forma, dedicándole unas palabras, y demostrándole a la gente que no sólo este libro tan genial, sino todos, la lectura en global, valían mucho, te abrían mundos en los que tu podías ser el príncipe salvador, la bestia de las profundidades o qué sé yo, un sencillo mayordomo. Podías crear bosques interminables, castillos inmensos o guaridas subterráneas siempre que quisieras, pero para poder hacer todo esto, la lectura juega un papel fundamental. Leer cambia la vida de alguien en un chasquido, y poco a poco te vas atreviendo a las típicas novelas que cuando veías el tocho de hojas que tenían te echabas para atrás como si fueran a morderte, a nuevos tipos de lectura hasta que te gustan todos: terror, amor, aventuras… A leer libros que te horrorizaban… y cuando ya lo has leído todo, te das cuentas de un par de cosas: la primera es que descubres que todos los libros valen la pena, todos han sido hechos con cariño por sus autores, los han corregido, han añadido cosas, incluso han tenido que empezar de nuevo el libro, quién sabe. Entonces todo lo que lees te encanta y te intriga desde el comienzo hasta el final; la segunda es que vas dándote cuenta de que si no lees te falta el aire, necesitas leer para poder estar relajado y tranquilo, y excitado y emocionado a la vez. Esto es genial y terrible a la vez, porque cuando estás leyendo estás bien y relajado, olvidas todas tus preocupaciones y penas, pero si dejas de leer… empiezas a estar nervioso e intranquilo, a veces ocurre, ¡os lo aseguro!. Tal vez sea un vicio o tal vez sea algo bueno, no lo sé, pero si sé que los libros son la mejor manera de divertirse y matar el tiempo de una forma provechosa. Me lo demuestran todos los libros que leo, sus personajes y sus historias.

En esta historia de Carlos Ruiz Zafón (un excelente autor debe decirse, porque no se puede disimular que haya sido casualidad que sus excelentes historias sean las más leídas no en mi instituto, sino por todos lados), el protagonista es Max, un chico que no es el típico héroe indestructible, sino todo lo contario, es sencillo, humilde, y no le gustan los cambios. Por eso, cuando su padre comunica a su familia que se marchan de la ciudad (Max sabe que es por la guerra) a un pueblo lejano y aburrido, no le gusta la idea, igual que a su madre, que está preocupada por cómo se adaptarán. La pequeña Irina no le da importancia, y la hermana mayor, Alicia, adopta una actitud pasiva pero en el fondo fastidiada. Cuando llegan, Max deja toda esperanza de que ese pueblo valga la pena cuando ve que las agujas del reloj del pueblo, no es que no se muevan, sino que van hacia atrás. Y para su sorpresa, parece ser que sobre la casa en la que vivirán corren muchos rumores de estar encantada, allí vivieron los Fleischmann, una familia que sufrió mucho y las pasó canutas por alguien  que luego se descubrirá llamado Caín o El Príncipe de la Niebla, un hombre (si se le puede considerar persona) bastante cruel y poderoso. En este sitio vivirá aventuras que te tendrán en vilo hasta el final.

Al día siguiente, Max conoció a Roland, un chico que estaba pasando su último verano en casa, porque lo iban a reclutar para el ejército. Se hicieron muy amigos y quedaron para ir a bucear hasta el Orpheus, un barco abandonado, que cuando Max le preguntó a Roland cómo se pudo haber hundido, no tuvo más remedio que contarle la historia: Víctor Krai era un hombre que viajaba en el Orpheus, un barco que se estrelló contra la costa del pueblo, el único que sobrevivió fue él. Para que no sucediera más esa terrible desgracia decidió construir un gran faro donde el Orpheus se estrelló. Roland vivía con ese hombre, al parecer, sus padres murieron en un accidente cuando era muy pequeño y Víctor Krai se hizo cargo de él. Pero Max no se creía esta historia y Roland sabía que no le habían contado todo, así que agradezco a estos dos cabezotas por seguir investigando y buscando pistas para averiguarlo todo, desde el pasado del viejo farero hasta la extraña casa en la que vivía Max, que luego se descubriría la relación que todo tenía con todo, porque si no hubiera dejado pasar las cosas y aceptar su vida, no habría sucedido esta historia que me embelesó y me enamoró.

Espero que siga habiendo historias así, seguro que las hay, pero quiero leerlas todas, y que cada una de ellas sea mi libro preferido, por el momento, esta es la mejor que he leído y la recomiendo. De todas maneras, yo voy a seguir leyendo no sólo con la esperanza de encontrar cada vez una historia mejor, sino porque me encanta leer y siempre me encantará, así que no debo perder la costumbre, porque es magnífica y sé que me dará siempre muchas alegrías.

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