Guía de aves de España

Autor: Víctor Molina Torres
Curso: 2º ESO – C
IES La Sagra, Huéscar, Granada

Queridos amigos de los libros:

Hoy voy a contaros una larga y entrañable amistad que desde muy pequeño compartimos mi libro favorito y yo, pero dejemos que ella, sí, ella porque no es libro, sino guía, que os cuente cómo nos ha ido en nuestra emocionante y apasionada amistad. Os dejo con ella, pues es ella la que mejor conoce nuestra historia.

Pues sí, soy una guía, una guía de aves de España, pero no penséis que soy la típica guía polvorienta y enmohecida, con olor a papel rancio que descansa eternamente en cualquier biblioteca perdida por ahí; no, no, ni mucho menos, me llaman la guía sucia y hago honor a mi nombre. Mis bordes desgastados y mis esquinas deshilachadas son prueba de que mi primer lector se tomó muy enserio lo de “guía de campo”; y son innumerables las mochilas que he conocido y las veces que he compartido espacio con bocatas de todo tipo y alguna que otra dichosa Fanta, que en la estrechez de la mochila y con tanto traqueteo gobernó que me pusieran “La Guía Sucia”. Pero no estoy aquí para contaros penurias, sino alegrías y tengo motivos para ello.

En mis primeros días cuando olía a imprenta e impresionaba con mis bellas ilustraciones fueron muchos los que me manosearon con deprecio en el estante de la librería. Siempre temí acabar en la biblioteca de algún pueblo, o peor aún, entre los olvidados libros de algún biólogo aburrido, pero no fue así.

Un día salí de la tienda a toda prisa. Mi lector se había gastado todos sus ahorrillos en su soñada “guía de aves de España” pues era un guarda forestal llamado Sebastián y al verme sintió un enamoramiento y fue el que me llevó a todo tipo de sitios: al borde de un cortado, aplastado bajo un saco de dormir e incluso en la playa. Pero todos los enamoramientos pasan y como la mayoría de los libros, acabé sumido en el silencio y el olvido.

Hasta que un buen día conocí a Víctor, el hijo de mi primer lector. Es difícil describir la expresión de su cara redonda e infantil cuando me hojeaba, boquiabierto casi con la baba caída, ajeno a todo lo que le rodeaba. Vamos, lo que se dice el sueño de cualquier libro. Y eso solía ser (no os lo vais a creer) ¡casi todos los días!

Y así volvió a comenzar mi nueva relación. Del sofá a la mesa, de la mesa al sofá. A todas horas, empuñado entre aquellas diminutas manos. A veces me llamaba fuertemente la atención el programa que emitían en la tele. “El Hombre y la Tierra” y cuando vi que se repetía una y otra vez, comprendí que Víctor no sabía a quién quería más, si a los vídeos o a mí.

Y comenzó de nuevo mi rutina de excursiones, apretones en la mochila y golpes entre las piedras y la hierba. Y aunque me siento feliz y amada tengo que admitir que están saliendo mellas en mis cubiertas, sí, sí, que me estoy descuadernando, qué se le va a hacer. Pero juro que hasta el último dibujo de mis páginas se estremece cada vez que vuelvo a oír:

¿Seba, dónde está la guía sucia?

 

Llamando a las puertas del cielo

Autora: Míriam Fuentes Bustamante
Curso: 2º ESO A
IES La Sagra, Huéscar, Granada

Mi libro preferido es Llamando a las puertas del cielo del escritor catalán Jordi Sierra i que nació en Barcelona en 1947 y que desde que tiene uso de razón lee y devora libros. Un día se le ocurrió ponerse a escribir y entonces no paró, hasta hoy, que tiene casi cuatrocientos títulos publicados, entre ellos Campos de fresas, Las chicas de alambre, El rastro del anillo magno… y por ello cuenta con múltiples premios.

Lo conseguí por medio de mi profesora de Lengua del pasado año escolar que nos lo fue pasando a algunos alumnos para fomentar la lectura porque fue elegido premio Edebé de Literatura Juvenil.

Al principio, al ver su gran grosor me pareció que tardaría bastante en leerlo pero mi sorpresa fue que en menos de una semana, dedicándole todo el tiempo que tenía, llegué al fin de la novela. Jamás pensé que un libro podría enganchar tanto, hacerme sentir diferentes sentimientos, y por encima de todo, hacerme creer que estaba realmente dentro. Acababa sólo un capítulo y quería continuar sin parar, además cuenta con un texto realista, que hace que en algunos aspectos te puedas sentir identificado  y poco a poco te vaya encerrando en su fabulosa historia.

Trata de  una chica joven y guapa que está presionada por sus padres y  su novio que  no le dan mucha libertad , por lo que en un acto de rebeldía decide irse de misionera a la India , algo con lo que su familia no está muy de acuerdo, pero finalmente consigue lo que quiere. El viaje, transcurrido en verano, cuenta los sucesos que le ocurren a Silvia, tanto como en amistad y amor. El final relata como la India y su gente puede cambiarte, que no hay que estar condicionado a nada ni a nadie, solo hacer lo que te dicte el corazón.

Este fue uno de los factores por lo que me gustó y también por la fina prosa del autor, como por arte de magia hizo que la novela no se hiciera pesada y aburrida aún teniendo infinidad de complejos personajes y desarrollando una acción tan complicada. Además se nota que está dirigido a jóvenes por las expresiones, los toques de humor e inmadurez… etc. Nada más entregarlo lo descargué digitalmente por poco dinero y no dudé en volver a sumergirme en él y, aunque resulte raro me lo leí dos veces más en un mes. En el citado libro, el autor venera la labor de los misioneros y la dura realidad que encierra la India aunque luego sea ésta la que poco a poco te va atrapando a ti.

Desde mi punto de vista, lo recomiendo a los que hayan estado presionados y quieran rebelarse.

Hace ya casi un año desde que me lo leí, y me he leído unos cuantos más pero ninguno ha conseguido hacerme disfrutar tanto de la lectura como éste. Creo que en un par de años o menos, mi libro preferido podría cambiar por alguno que tuviera más aventuras mezcladas con algún tipo de romance o desamor que es lo que más me gusta aunque resulte ñoño. En mi opinión, los libros que verdaderamente valen la pena son los que no sin predecibles ni pesados, sino inimaginables.

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