El niño del pijama de rayas

Autora: Cristina Gutiérrez Frías
Curso: 2º ESO A
IES Sierra de San Jorge, Villanueva del Trabuco (Málaga)

En esta obra, John Boyne nos traslada a una época cruel, una época en la que los campos de concentración son protagonistas del sufrimiento de muchas personas inocentes, personas cuyas historias quedaron sepultadas bajo la peor tragedia de todos los tiempos, historias como la de Bruno.

Una tarde, cuando Bruno llega a casa, se encuentra a su criada haciendo las maletas, puesto que van a marcharse a otro lugar, esto a Bruno no le parece bien, pero no le queda otro remedio que conformarse.

Al llegar a su destino, Bruno observa que su nueva casa no se parece en nada a su casa de Berlín, y esto no es de su agrado, sube a su cuarto enfadado a deshacer su maleta cuando observa algo desde la ventana, él no sabe lo que es y va a contárselo a su hermana Gretel con la que no mantiene una buena relación. Gretel se asoma y ve a muchas personas dentro de una gran alambrada, todos vestían igual y acataban las órdenes de los soldados. Los dos hermanos desconocían la finalidad de aquellos campos, pero nunca llegaron a imaginar lo que verdaderamente se escondía tras aquellas alambradas.

Un día Bruno decidió investigar alrededor de su casa y empezó a pasear por la alambrada. Cuando ya llevaba un tiempo paseando, vio un niño y se acercó a él. Bruno empezó a conversar con Shmuel, que era su nombre y los dos empezaron una bonita amistad. Shmuel era un niño de la misma edad que Bruno, que vestía un pijama de rayas y que sufría una delgadez extrema.

Bruno iba todos los días a visitarlo y pasaban mucho tiempo conversando. Un día en una de sus conversaciones, Shmuel le comentó a Bruno que no encontraban a su padre y Bruno acordó un plan para ayudarlo.

Al día siguiente Bruno se encontró con Shmuel y se hizo pasar por uno de ellos, por un judío, se puso un pijama de rayas y se coló por un hueco de la alambrada. Los dos niños empezaron a buscar al padre de Shmuel, pero de repente uno de los soldados agrupó a todos los judíos y empezaron una marcha de la que no pudieron escapar. Los condujeron hacia un recinto cerrado, oscuro y muy cálido, cerraron las puertas y todo se oscureció aún más.

Cuando se dieron cuenta de la falta de Bruno, sus padres empezaron a buscarlo sin descanso, pero no lo encontraron, solo encontraron su ropa al lado de la alambrada y, más tarde se percataron de que había un hueco por el que cabría un niño de su edad. Todos se estremecieron.

Me ha gustado mucho este libro porque narra una parte de nuestra historia a través de la inocencia de un niño, que aspiraba a grandes cosas por el hecho de ser el hijo de un gran militar nazi, pero fue el mismo padre el que lo llevó a la muerte debido a que estaba cegado por su alto cargo militar.

Su padre acabó con la vida de muchas personas inocentes pero nunca pensó que acabaría con la vida de su propio hijo, que murió en una de las cámaras de gases de Auschwitz.

 

Finis mundi

Autora: Nuria Pedrosa Ortigosa
Curso: 2º ESO A
IES Sierra de San Jorge, Villanueva del Trabuco (Málaga)

A lo largo de mi vida he leído bastantes libros, comencé a leer desde muy pequeña. Debido a mi edad (cuando ya no te interesa la lectura infantil pero no eres lo suficientemente mayor para la adulta), buscaba algo juvenil e interesante a la vez. Fue entonces cuando, como cada trimestre, en la asignatura de lengua nos entregaron un libro para su lectura. Cuando tuve el ejemplar en mis manos no me causó demasiada curiosidad, pero una vez comencé a leerlo, Laura Gallego me transportó a una época de la historia totalmente diferente a la actual, y sus protagonistas, Michel, Mattius y Lucía, me invitaron a seguir leyendo.

El primero de ellos, un joven monje, custodiaba un preciado códice. Éste relataba algo increíble: cada milenio, los tres ejes (del pasado, presente y futuro) tendrían que ser reunidos para así concederle a la humanidad mil años más de vida. De lo contrario, el Apocalipsis llegaría.

Después de que se produjera un incendio en la iglesia donde se establecía su orden y donde dicho códice era conservado, Michel decidió encargarse de salvar al mundo, debido a que se encontraban a tan solo 3 años del fin del milenio.

Al comienzo de esta gran aventura, conoció a Mattius, un sabio juglar que lo ayudó y acompañó en este largo viaje, ya que intuyó que solo no llegaría muy lejos. Y más adelante, en el norte de España, a una muchacha llamada Lucía.

Tras tres años de búsqueda, haber luchado incansable y continuamente contra los miembros de la Cofradía de los Tres Ojos, que deseaban la llegada del Anticristo, y tener bajo su control los poderosos Ejes, estos mostraron su poder cuando el monje los conectó. Allí mismo murió él, por entregar su vida a cambio de la de todos los seres del planeta. Por ello, el juglar y Lucía se encargaron de pregonar la grandeza de Michel, y dar a conocer por todas las regiones a las que se dirigían quién había sido el salvador de la humanidad.

Así termina una espectacular novela que ha hecho que me sienta como una más del grupo de los protagonistas, llevando a mi cargo una gran misión. Era justo el tipo de lectura al que me refería al principio.

Teniendo en cuenta el desarrollo fantástico de la historia narrada, lo cierto es que la autora a través de sus textos ha logrado una lectura en cierto modo cercana a la realidad.

Me he sentido atraída por la época en la que se sitúa, la Edad Media, que llama mi atención aunque sea conocida como una etapa gris. También ha sido de mi agrado el hecho de que viajen por toda Europa, visitando lugares que aún existen pero con un entorno muy diferente al de hoy en día. Todo ello, sumado a las aventuras y peligros a los que se exponen, ha contribuido a que mi calificación sea de sobresaliente.

Espero leer más novelas de Laura Gallego y además, tener la oportunidad de visitar todos aquellos lugares donde se ocultan los Ejes. ¿Quién sabe? Puede que a mi regreso los traiga conmigo y mis descendientes salven al mundo el próximo milenio…

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