El niño del pijama de rayas

Autor: Javier Pérez Ruiz
Curso: 2º ESO-A PMAR
IES Zaframagón, Olvera (Cádiz)

El libro lo leí porque mi madre me dijo que tenía que leer más y decidí comenzar éste.

El contenido me pareció muy interesante y entretenido pero un poco triste.

Bruno, un niño de nueve años y sus padres se tuvieron que mudar por problemas de trabajo pero Bruno no quería.

Cuando se mudaron, el muchacho veía desde su ventana a gente  trabajando, niños, adultos, ancianos y todos vestían de un pijama de rayas, pero él no entendía nada.

Un día decidió ir a dar una vuelta y vio una alambrada que dividía y separaba su casa de aquel lugar, comenzó a investigar y conoció a un niño que se llamaba Samuel que también tenía el pijama de rayas.

Hablan y juegan los dos, durante varios días. La madre, muy preocupada por la situación que vive la familia, decide volver a Berlín.

Bruno antes de volver a Berlín le cuenta lo que pasaba a Samuel y le dice que le ayudará a encontrar a su padre antes de irse. Se cuela por una abertura que había por debajo de la alambrada, habiéndose vestido con anterioridad con un pijama de rayas que le había proporcionado su amigo.

De repente, cuando están dentro, unos  soldados les dicen que se pongan en una fila. Los conducen a un cuarto donde permanecen hasta que mueren en la cámara de gas.

Cuando sus padres descubren la situación, ya no hay ningún remedio y deben aceptar la pérdida de su hijo.

Aconsejo su lectura porque resulta bastante convincente la relación de amistad entre dos niños tan distintos.

 

La ladrona de libros

Autora: Miriam Vázquez Barroso
Curso: 2º ESO-B
IES Zaframagón, Olvera (Cádiz)

Había una vez un mundo sumergido en la oscuridad, un cielo sin estrellas y un lugar donde el invierno era eterno. Las noches eran largas y tristes. Los copos de nieve causaban heridas al caer, heridas dolorosas que difícilmente eran sanadas.

Una melodía desdichada, oscura y sádica cantada por la muerte se oía resonar como eco en el fondo de las frías calles adornadas con nieve gris. Las lágrimas acompañaban a los desafortunados, de quienes la muerte se llevó a sus seres amados.

La sangre era fría al igual que muchos corazones, a los que la llama de la compasión y la igualdad se les había muerto. Y entones, un libro te hace sentir todo eso, te hace estar en un mundo lejos del real, te hace estar en un sueño del que deseas no despertar jamás.

Las incontables horas que pasé leyendo las letras entintadas de este relato… inculcándome cada vez más un amor hacia los libros, pero he de decir que no fueron horas en vano. Fue un libro que no puedes dejar de leer, sus palabras son como un hilo que te engancha y no te suelta hasta que por fin lees “Fin” en la última frase.

Llegué a reír, sentir las lágrimas en la piel, enfadarme, sentir pánico, miedo, todo eso lo sentía junto a los personajes cuyos corazones eran de páginas y nombres de tintas. Y fue por eso que sobresale entre los demás libros, por las veces que me hizo sentir que era parte de esa triste historia, por las veces en las que me ocultaba entre sus palabras, por su historia realista y dolorosa a la vez, por sus personajes que llegaban a ser reales y por los libros, por hablar de cómo en realidad son los libros, de cómo pueden salvarte, librarte, esconderte, protegerte… acompañarte cuando más lo necesitas… por enseñarme que las paginas de los libros están hechas de sueños.

Sigo pensando, pienso y pensaré que la parte más horrorosa es su final, ya que nunca debió terminar. Acabó aquella historia única  por la que utilicé mi tiempo para leer sus palabras, ojalá pudiera olvidar esta historia, para sentir de nuevo y volver a recordar por qué es mi libro preferido.

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