Harry Potter y la piedra filosofal
Autora: Brenda Claro García
Curso: 2º ESO-B
IES Caura, Coria del Río (Sevilla)
Mi primera impresión al ver el libro de Harry Potter y la piedra filosofal fue que era un libro aburrido, de esos que no quieres ni seguir leyendo; una semana después de haber descubierto el libro, decidí darle una oportunidad y ahora pienso que fue una de las mejores decisiones que he tomado hasta ahora.
Harry Potter nos cuenta la historia de un niño de diez años que vive en casa de sus tíos con su insoportable primo, hasta el día en que cumple once años y aparece alguien que le dice que es un mago, que sus padres lo eran y que es invitado al mejor colegio de magia del mundo: Howgarts.
Este es un resumen superficial del libro y con cada capítulo, párrafo, oración, frase y palabra, nos adentramos en un mundo donde las fotos se mueven, los hombres pueden volar, los dragones y demás criaturas mágicas existen… Pero no todo es felicidad y el protagonista tendrá que enfrentarse a muchos peligros y atravesar diversos obstáculos para lograr sobrevivir.
El libro habla sobre el maltrato infantil en el hogar, sobre la discriminación, sobre la superación de uno mismo, sobre los amigos de verdad y lo que realmente se necesita para ser buena persona. Es un libro que atrae, atrapa y sumerge al lector en sus profundidades y cuando se termina no lo deja salir del todo, pues una vez dentro, ya nunca volverá a ver el mundo de la misma manera. No se trata de un crío, una escuela y un par de hechizos absurdos, se trata de una historia que mezcla lo real y la fantasía, introduciéndote en un mundo paralelo sin salir por completo del nuestro.
Harry Potter me enseñó que la amistad se tiene que cuidar, valorar y no desperdiciar para que sea duradera y verdadera; que el amor es lo más importante del mundo; que hay veces que sacamos el valor de los lugares más inesperados.
Amé, amo y amaré este libro por su mezcla de fantasía y realidad, haciendo que sea una lectura fácil, sencilla y encantadora: una verdadera obra de arte.
No puedo dejar de desear que otros niños lean el libro, disfruten y sigan la saga completa y se enamoren de los personajes, lloren sus muertes, se sientan felices por su felicidad… En definitiva, que sean capaces no solo de leer el libro, sino de vivirlo.