Donde los árboles cantan

Autora: Elena Hernández Camero
Curso: 2º ESO-C
IES Francisco Javier de Uriarte, Fuentebravía, El Puerto de Santa María (Cádiz)

donde-los-arboles-cantanLas páginas de Donde los árboles cantan han sido fabricadas, como cualquier otro libro, a partir de madera. Sin embargo, en mi opinión, están compuestas, además, por fibras de fantasía, corteza de intriga, e incluso frondas de amor… Sí, de hecho, entre sus componentes se encuentra la capacidad de enganchar al lector, algo buscado con anhelo entre los editores. Todos estos factores toman forma gracias a las letras de tinta de afán aventurero que permiten dar cuerpo a la historia que se narra.

Llegó a mí como un regalo de mi tío. Fue de esos regalos familiares que llegan de manera sorpresiva, de esto que te preguntan qué quieres por ese cumpleaños ya pasado, y a la mente le da por olvidar todo aquel posible objeto que pedirle. Hacía tiempo que había oído del libro, y aunque ni siquiera sabía cuál era la trama, acabó en mis manos como si tal cosa.

Había una vez en la historia una adinerada doncella que por la invasión de su reino, se ve forzada a dejar su vestido de seda, a abandonar a su queridísimo prometido para casarse con un barbudo guerrero miembro de las filas enemigas del que fuera su reino antes de ser invadido, a llorar la muerte de su padre ¡Cuántas desgracias! y… A transformarse precipitadamente de dama a caballero, guiada por un huraño y solitario Lobo, a encabezar una revuelta propia de unos rebeldes que buscan expulsar a los invasores, a recorrer el Gran Bosque acompañada de su instinto y de alguien más… A descubrir cómo cantan los árboles.

Engullí el libro como si de mi plato favorito se tratara. Al principio, la actitud sumisa que acepta el papel de “doncella pasiva sin voz ni voto, lo más adecuado es mantenerse callada y tener hijos a mansalva” de Viana, la joven protagonista, me aburría un tanto y se me antojaba típica: esperaba a que Robian, su amor de toda la vida, la salvara de la situación en la que se ve envuelta. Sin embargo, la evolución personal de la muchacha es satisfactoria, aunque cabe esperar esta superación tanto consigo misma como con lo que viene siendo el pensamiento de “varonil salvador” de la época. Quizás pueda parecer algo predecible que la acomodada Viana pase de ser salvada a salvar, mas aseguro que la historia sorprende, porque va más allá. La fantasía está muy presente en el “Gran Bosque” que se nos presenta imponente, lleno de extrañas criaturas para los seres que jamás se hayan adentrado más allá de la primera línea vegetal que recubre el misterioso paraje.

Me gusta que la vida de Viana sea una aventura, una aventura inspiradora. Me gusta poder transportar la evolución que tuviera la protagonista, allá en la época donde un doble toque en la pantalla no era nada, a la actualidad. Además de ello, el conmovedor amor que encuentras entre la tinta es enternecedor, tanto o más que el inocente niño: puro, sincero, claro como el agua de lluvia que desciende del cielo, melodioso… ¡Oh, melodioso!

Aparte de ser uno de mis libros preferidos, en él habita también uno de mis personajes favoritos: Uri. Digamos que se hace querer ¡Y de qué manera! Solo por la recreación de este curioso ser, el origen maravilloso del que proviene y el final, desgarrador y enternecedor a la vez, que guía al pequeño Uri; la novela debería ser leída por cualquier criatura, desde los misteriosos elfos del Gran Bosque hasta todo humano que aprecie un buen libro.

La historia está narrada como si un fantasma inmortal hubiese estado en todos los lugares que se cuentan, al unísono, sin intervenir en el transcurso de la historia, y recordando cada detalle: cada hoja mojada por esa cristalina gota de rocío, cada harapo que calentaba el cuerpo de un campesino, cada tronco que cobijaba entre sus ramas pequeños animalillos salvajes… Cada diálogo, cada expresión facial de los personajes presentes…

Este “fantasma inmortal” es, ni más ni menos, que Laura Gallego. Por este libro recibió el Premio Nacional de Literatura infantil y juvenil (2012). Donde los árboles cantan no es el primer libro que leo de ella, pero sí uno de los que más me han agradado. Es un libro mágico, de ensueño. A estos libros tan maravillosos, yo creo que deberíamos llamarlos “libros con alma”.

 

Ana de la tejas verdes de Lucy Maud Montgomery

Autora: Elena Sánchez-Guitart
Curso: 2º ESO-C
IES Francisco Javier de Uriarte, Fuentebravía, El Puerto de Santa María (Cádiz)

Esta historia comienza cuando los hermanos Marilla y Mathew Cuthbert, dueños de la granja “Tejas Verdes”, deciden adoptar un muchacho para trabajar el campo. Pero debido a un error les envían a Ana Shirley, pelirroja, flaca, pecosa, con mucha imaginación y gran corazón. La novela nos narra su paso por Avonlea, los problemas que tiene, la escuela, los amigos, Gilbert Blythe y cómo la educa Marilla.

Este libro me gustó porque tiene el dulce encanto de su protagonista, te hechiza y no te deja hasta que, con un poco de tristeza y un gran suspiro, lees la última página. Fue en ese momento cuando me di cuenta de lo mucho que me había gustado.

Me gustó ver crecer lentamente a la pelirroja Ana. En un momento Ana ya no era la alocada niña de once años, sino una Ana mayor, quizás más alta pero igual de fantasiosa.

Cada capítulo es como uno más, pero al mirar atrás, son un recuerdo único de lo que leíste porque Ana ha crecido, ha cambiado y no volverá a ser como al principio. O eso nos parece, porque, a pesar de la edad, Ana se sigue metiendo en líos.

En cada capítulo podemos encontrar una moraleja. Por ejemplo, el episodio del “licor de cerezas” me enseñó a no ser glotona; el del “tinte verde” a no ser vanidosa; la relación de odio con Gilbert me enseñó a que hay que dar segundas oportunidades; pero lo más importante es que hay que luchar por lo que queremos, a ponernos nuevos retos y esforzarnos por alcanzarlos.

 

El paso del Estrecho

Autor: Jairo Torres Prieto
Curso: 2º ESO-C
IES Francisco Javier de Uriarte, Fuentebravía, El Puerto de Santa María (Cádiz)

Mi libro preferido? ¡Difícil elección! Es como preguntarnos por nuestra canción preferida. Yo elegiría una, de muchas que he escuchado, pero aún así sería una difícil elección, ya que, al mes siguiente, podría cambiarla completamente. Creo que es más fácil a la hora de elegir un cantante.

A mí, con los libros me pasa igual. Tengo un autor preferido: se trata, ni más ni menos, que de Fernando Lalana. Yo normalmente leo por las noches en mi cuarto antes de dormir, pero en muchas ocasiones no puedo dejarlo y tengo que seguir y seguir leyendo. Por eso mi hermano ya está harto de mí y, para que no se queje a mis padres, tengo que encender una pequeña lámpara que ilumina con una luz bastante tenue y, aunque me cueste, no paro de leer. La bibliotecaria del instituto ya lo ha cogido como rutina el que coja siempre un libro de Lalana, tanto si es uno nuevo o si descubro que hay alguno que no me había leído. Dentro de nada creo que terminaré con todos los títulos que hay.

De entre los libros de Lalana, el que más me ha intrigado, hasta ahora, es El paso del Estrecho, una novela policíaca, mezcla de suspense e intriga. La novela transcurre entre dos ciudades, Algeciras y Zaragoza. Al principio, el protagonista -Chirlas-, vive en Algeciras, con su tío El Francés, trabajando en su comercio y entregando los pedidos. Un día mientras hace sus entregas conoce a un muchacho árabe, Mustafá, que se hará muy “amigo” de él, tanto que Chirlas lo acompañará a completar una misión que tiene que realizar en Zaragoza. Estando en esa situación, los perseguirá un asesino –Solanas-, del que tendrán que huir para completar su misión.

Cuando leí la contraportada del libro, en la que se explica un poco el argumento, me pareció interesante, que tenía “buena pinta”; aunque siendo sincero, al principio no me enganchó mucho, ya que no entendía muy bien lo que se narraba, tendría unos 11 años.

Por eso, cuando empecé a leer la novela me costó algo de trabajo entenderla, aunque a medida a que iba avanzando el libro comprendía mejor los sucesos de aquel muchacho que vivía en el Estrecho.

En este libro hay numerosas “moralejas”, por así decirlo. Al principio, cuando llega Mustafá en la patera con los demás ahogados piensas en aquellos que arriesgan sus vidas por mejorarlas, lo mal que deben de vivir para arriesgarse tanto sabiendo que muchos han fracasado en el intento. Después, rápidamente te das cuenta de que, no muy lejos de aquí, hay gente que no tiene la vida tan fácil como nosotros. Este es el caso del protagonista, su vida no es nada fácil. Cuando pensamos en la pobreza siempre nos imaginamos en África, en el “Tercer Mundo”, y, aunque es el continente que más sufre, esta situación no es única ya que en muchísimos sitios hay personas que se encuentran en condiciones parecidas. Al final, descubres cómo Mustafá alcanza sus metas a pesar de todas las dificultades: actuando con inteligencia, siendo astuto y no rindiéndose jamás. Dicho de otra manera: “Él que la sigue, la consigue”.

Es un libro que recomiendo porque además de mantenerte intrigado y te hará reflexionar.

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