Momo

Autora: Gema González Fajes
Curso: 2ºESO – D
IES San Isidro, Níjar (Almería)

Momo es el título del libro sobre el que voy a ofrecer mis opiniones y reflexiones acerca de cómo he entendido el tema y las conclusiones que he extraído de él.

El tema principal es el tiempo. Dueño de todas las personas, desde la más poderosa hasta la más insignificante. Nadie lo puede controlar, ni alargarlo, ni acortarlo. Es de las pocas cosas de las que nunca se podrá adueñar la codicia del ser humano. En la novela Momo se muestra la lucha de una pequeña niña por restablecer el orden y hacer que las personas vuelvan a ser como antes y no se sientan absorbidas por las rutinas diarias. ¿Quién no ha dicho alguna vez “no tengo tiempo”? O “no me molestes, ahora no puedo atenderte”.

Seguramente los niños somos los que más sufrimos este tipo de réplicas, no estamos preocupados por el mañana ni por el porvenir porque sentimos que son problemas secundarios, sin importancia, y de los que no tenemos que preocuparnos. Pero el tiempo corre para todas las personas y se acaba cuando finaliza el trayecto de la vida.

El tiempo ¿cuándo comenzó? Nadie lo sabe con exactitud, solo nos ceñimos a hipótesis científicas… En Momo se intenta reflejar esta preocupación, pero de un modo, quizás, más infantil para que se pase un buen rato mientras nos adentramos en sus páginas y leemos con interés cada párrafo. Son muchos los que han intentado desvelar este gran misterio y muy pocos los que han logrado averiguar una pequeña parte. Se necesitaría mucho más que una simple vida para poder descubrir los secretos que nos oculta. Según mi opinión, es un tema fascinante y nunca había pensado que pudiera interesarme hasta que leí Momo, que se ha convertido en uno de mis libros preferidos, pues intenta concienciar de una manera fascinante a sus lectores de que no deben dejarse arrastrar por el porvenir. Nadie tiene el mañana asegurado, ni siquiera la siguiente hora o el siguiente minuto. El tiempo corre para todos y es el único que sabe cuándo finalizará tu vida; por ello, cada persona debe saber administrarlo. Eso es una tarea personal y de la que uno tiene que dar cuenta. Si supiéramos el tiempo de vida que nos queda, quizás viviríamos amargados y preocupados de todas las cosas que aún nos quedan por hacer. Lo mejor es ignorarlo y que el tiempo nos sorprenda, nos evita muchos quebraderos de cabeza y en gran parte habría que agradecerlo, ¿no?

El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He aquí el por qué se nos escapa el presente. El afán por saber qué pasará mañana y el pensar en los momentos vividos causan que no se disfrute del ahora… El presente es un regalo y nos ofrece muchas sorpresas, alegrías o incluso tristezas si lo apreciamos bien y lo sabemos vivir con intensidad para que no se nos escape.

Para acabar, suscribo una frase de Miguel de Cervantes, un gran escritor español al que admiro: “Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades”.

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