Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes
Autora: Claudia Victoria Martínez Martínez
Curso: 1º ESO A
Centro: IES Alhadra (Almería)
Imagínate, un día despertar en un mundo en el que por el simple hecho de ser mujer, tu tarea fuera: limpiar, tener hijos y cocinar, en bucle todos los días y sin tener derecho a algo mejor. Aguantar gritos, humillaciones y golpes, sin que tu voz fuera algo relevante. Escuchar que «lo hace por tu bien» o «es tu deber» cuando te quejabas de las anteriores cosas. Pues, esa era la pesadilla que vivían las mujeres hace poco más de 50 años y que por desgracia en muchos casos continúa. Mi libro, Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes, narra la historia de 100 mujeres que consiguieron que sus voces fueran escuchadas alrededor de todo el planeta, aunque en algunos casos no vivieron para verlo. Gracias a muchas de ellas, el mundo ahora como lo conocemos, es posible para muchas de nosotras. Pero, el problema, es que sigue habiendo muchas mujeres y niñas que, por desgracia, no pueden, ni han podido disfrutar, de esa «igualdad» (que en algunos ámbitos todavía no es del todo total) en pleno siglo XXI. Por eso, como dice la autora del libro: «este libro debería estar en la mesita de noche de todos los niños y niñas del mundo». Efectivamente, la educación y la información son importantes para evitar cometer errores del pasado y mejorar como sociedad.
Este libro es especial para mí, porque no cuenta la típica historia de la pobre princesita totalmente dependiente e indefensa que necesita a un príncipe grande y fuerte que la salve: en estas historias reales son las mujeres las que se salvan a ellas mismas y a los demás. Entre todas estas guerreras, porque lo han sido y así deberíamos referirnos a ellas, mis favoritas son Mary Edwards Walker (cirujana) y Nettie Stevens (genetista).
Cuando leo este libro, muchas veces me paro a pensar, ¿cuándo tendremos que dejar de tener que cerrarle la boca al típico «machito» de turno o incluso, tristemente a algunas mujeres machistas? En ese momento (si es que llega algún día) se conseguirá la igualdad total.
El diario de Anne Frank
Autora: Eva López
Curso: 1º ESO A
Centro: IES Alhadra (Almería)
Hoy me he levantado muy temprano, porque el sol me daba en los ojos. Pero cuando me desperté, algo, no sé el qué, me emocionaba. Me levanté, desayuné y me vestí. Porque hoy era el gran día. ¡Hoy es mi cumpleaños! ¿Qué me regalarán? Un vestido, unos zapatos, o a lo mejor un abrigo, o una chaqueta… No sé lo que me regalarán, pero estoy segura de que me encantará. Volví del colegio. Entonces… ¡Allí estaban todas mis amigas! Una impresionante tarta y un regalo envuelto muy detalladamente con un lazo rojo y una cajita rosa claro. Me esperaban. Todas mis expectativas de tener un abrigo o algo grande se fueron, pero aun así, y no sé por qué, tenía ilusión.
Al fin y al cabo podría ser una camiseta, una falda… Todo esto me pasó por la cabeza en un segundo, como si de algo muy importante se tratara.
–¡Anne, Anne! … me llamó mamá.
–¿Qué pasa?
Entonces abrí el regalo. ¡Vaya decepción! Pensé, cogí el regalo y me fui a mi cuarto. El regalo era un diario de color rosa con cuadros rojos. Aun así, tenía más regalos. No le di más importancia.
Días después:
Hoy he decidido llamarte Kitty, porque, aunque no lo parezca, no puedo hablar con nadie sobre mí, lo que me pasa, mi familia…
Hoy, cuando he salido a la calle para ir al colegio me he dado cuenta de nuestra situación aquí en Alemania. Y aunque sólo haya un uno por ciento de judíos, nos quieren quitar de en medio. Ni siquiera podemos bañarnos en la piscina, ni llevar a Moortje (mi gato) al veterinario.
Sábado 11 de julio de 1942
Han llamado a mi hermana para las SS. Tenemos que hacer algo…
Mi hermana y yo hemos guardado lo indispensable en unas maletas. Ya no veré a Moortje más. El plan era irnos a una casa a escondidas y decir que hemos huido a Suiza. No me gusta mi casa. Es enana, y mis vecinos me caen fatal. Para matar el rato aprendemos idiomas, pero al final me aburro.
Lunes 9 de noviembre de 1942
Comemos nada más que judías. Otras veces pan… Y además hoy ha venido un vecino nuevo: el dentista.
Estoy triste y me siento sola. También tengo miedo de los nazis. No entiendo esa manera de morir…
Martes 27 de abril de 1973
No nos queda casi comida. La ropa nos viene pequeña, y también me he dado cuenta de que no veo bien. Me han disfrazado de ciega, pero al final no fui. ¡Prefiero ver bien! También han llegado unos ladrones y nos han robado muchas cosas, pero no nos han descubierto.
Domingo 17 de octubre de 1943
Hemos tenido que vender un abrigo muy caro. Me he enfadado. Pero todavía me quedan revistas de moda. Recuerdo el colegio. Nosotros casi sin comer mientras que por ahíla comida está pudriéndose.
Martes 6 de junio de 1944
¡La invasión ha comenzado! No me gusta la guerra, pero ojalá pueda volver al colegio. Lo echo de menos…
Unos cuantos días después llevaron a Anne y su familia y vecinos a los campos de concentración. Sólo quedó vivo su padre (Otto Frank).
La historia interminable
Autor: Hugo Hernández
Curso: 1º ESO
Centro: IES Alhadra (Almería)
Hay veces que, al igual que Bastián Baltasar Bux, me gustaría estar encerrado en un lugar a oscuras, sin que nadie me molestase, leyendo un libro que me apasionara. Pero muchas veces estamos ocupados u ocupadas, porque hay responsabilidades que atender, lo que hace que no siempre podamos estar relajados y disfrutando de la historia que nos gusta leer. Por eso, cuando tenemos un rato y leemos, lo disfrutamos tanto, por la novedad; la novedad de meterte en una historia que no pudieras haber imaginado en tu vida, la novedad de relajarte y poder leer cosas que le pasan a personajes impensables. Y esto es una de las pocas cosas por las que además de a nosotros, también a Bastián, el personaje principal de La Historia Interminable nos gusta tanto leer un libro.
También envidio de Bastián, su capacidad para sentir como si fuera su propia historia cualquier cosa que lea, y además de esto, envidio de él como es capaz de concentrarse en un momento como si nada, es así, que este libro me ha hecho reflexionar varias veces, aunque no es el único, puesto que existen muchas y diversas historias de las que aprender.
Pero Bastián no es el único personaje que aparece en esta historia, puesto que también hay seres fantásticos con una valentía descomunal, con un control sobre todo lo que le rodea que nunca pudieras haber pensado, con tal fuerza que no tiene oponentes que se atrevan a enfrentarse a él, y un millón de cosas más inimaginables.
Es por esto por lo que me gusta tanto leer, porque es divertido, entretenido, placentero…, porque me enseña y, podríamos decir que puede llegar a hasta a aconsejarme, porque como ya he dicho anteriormente, reflexiono sobre situaciones que, aunque no me hayan ocurrido, pueden ocurrirme. Es decir, los libros son irremplazables, te hacen vivir miles de historias, te hacen conocer miles de sitios, te hacen sentir junto con los personajes muchas emociones, y todo sin tener que moverte del sitio y sin mayor esfuerzo que cogerlos en tus manos.
Mi libro preferido
Autora: Lucía Valverde Fernández
Curso: 1º ESO A
Centro: IES Alhadra (Almería)
Andaba a paso lento, me tendría que acostumbrar a ello a partir de ese día todas las mañanas de lunes a viernes ya que tendría que atravesar ese espeluznante cementerio. Aunque intentaba aparentar serenidad, no me hacía a la idea de esto. En mitad del trayecto, de repente un escalofrío me recorrió todo el cuerpo, sentía como si alguien fuera detrás de mí todo el rato observándome. Al principio pensé que todo eran imaginaciones mías, pero descarté esa idea cuando vi una sombra. No me fijé mucho en ella ya que eché a correr lo más rápido que pude, no me atrevía a mirar para atrás aunque me mataba la curiosidad. Mientras corría dudaba si mirar o no, al final reuní el valor, no sé de dónde, y miré. No vi a nadie me quedé extrañada, tanto que me tropecé con una piedra y me caí rodando cuesta abajo. Después de levantarme de esa fría arena miré a la derecha, no había nada, miré a la izquierda y un brillo me iluminó la cara, venía de debajo de unas hojas caídas, las levanté, había un móvil con el cristal hecho pedazos, como si hubiera caído de una gran altura. Se volvió a iluminar, pude observar como empezaban a llegar mensajes de un número desconocido, estos decían:
–“Hola Bonnie” (Bonnie es mi nombre)
–“Ha sido una fuerte caída”
–“¿Estás bien?”
Llegó otro mensaje que decía:
–“No intentes buscarme, es inútil”
No sabía como reaccionar, el miedo se apoderó de mí, decidí irme de ahí lo más rápido posible sin mirar atrás. Seguí mi camino hacía el instituto, sujetando con fuerza el móvil que me había encontrado, miré su pantalla, iba 15 minutos tarde, no se podía empezar mejor mi primer día de instituto en Chester, pueblo al cual mi familia y yo nos habíamos mudado hace unas semanas.
Un rato después llegué al instituto.
Me dio la bienvenida una mujer muy amable, me miró de arriba a abajo y me dijo: debes de ser Bonnie Wilson, unos segundos después asentí con la cabeza. La señora miró su reloj y me dijo:
–“Llegas 15 minutos tarde”
A lo que yo respondí:
–Sí, bueno…”
Por un momento pensé en explicarle lo que me había sucedido, pero pensé que no me creería, cosa que sería totalmente normal porque aquello era surrealista. Me dijo que no podía volver a pasar y me acompañó a mostrarme el centro, en eso tardamos como una media hora después miré mi horario me tocaba Biología, así que me dirigí hacía el aula.
Ya dentro del aula me senté en un pupitre justo al lado de la ventana y me puse a tomar apuntes de lo que el profesor copiaba en la pizarra, pero, aunque lo intentaba con todas mis fuerzas, no lo conseguía, ya que no podía parar de pensar en lo que había sucedido.
Quedaban 7 minutos para que la clase acabara cuando un avión de papel entró por la ventana y cayó sobre mi mesa lo abrí, ponía “no te asustes soy tu amigo”.
Desde ese día no volvió a llegar ningún mensaje a ese móvil, aunque a veces por la noche se iluminaba solo, sonaba música, la linterna se encendía…
Ahora que lo pienso, lo más seguro es que fuera una broma de mal gusto.
Mundos del revés
Autora: Palma García Algarbani
Curso: 1º ESO A
Centro: IES Alhadra (Almería)
Aquella noche me desvelé. Eran las 3 de la mañana, pero parecían ser por lo menos las 2 de la tarde, ya que entraba un sol radiante por la ventana, era todo muy raro. Decidí ir a la cocina a prepararme algo de comer, porque estaba muerto de hambre, algo raro a las 3 de la mañana, ¿no? Estaba bajando las escaleras de mi casa cuando escuché un ruido, bueno, más que un ruido era como un llanto, sí, eso, había alguien llorando en el comedor de mi casa. Me asomé con curiosidad a ver que estaba pasando aquí.
Lo que vi fue a mi madre y a mi hermano mayor llorando. No entendía nada, así que fui a preguntarles que estaba sucediendo. Fui a preguntarles, pero me dio la sensación de que pasaron de mí, sí, sí, me ignoraron completamente. Me enfadé mucho porque pensaba que me estaban gastando una broma, pero resulta que era cierto, estaban muy tristes, lo notaba en sus ojos y en sus caras. Me empecé a preocupar así que decidí salir a la puerta de la calle para ver si había alguien o yo que sé. Salí hacia la calle y vi algo que me dejó la boca abierta, hasta se me caía la baba. Mi único pensamiento en ese momento fue correr, correr como si no hubiese un mañana. Corrí tan rápido que me tropecé con el escalón de la puerta. Pasaron unos 3 segundos, el tiempo justo para que le diera tiempo a aquella criatura a atraparme por los pies y no verme nunca más.