El Principito
Nombre: Miriam Alba Hurtado
Curso: 1º ESO C
Centro: IES Clara Campoamor (Lucena, Córdoba)
Cuando me regalaron El Principito yo tenía diez años, mi libro llevaba una dedicatoria junto al dibujo del personaje y decía así: “Ojalá este libro te ayude a encontrar el verdadero sentido del amor y la amistad”. ¿Cómo iba a encontrar esas valiosas cosas en este libro? Aún desconocía lo que cada capítulo me iba a enseñar. Para mí solo era un cuento que contaba la historia de un niño principito que un día decide dejar su planeta para conocer mejor cómo viven y piensan los adultos. En su viaje, conoce a un grupo de personas que viven en distintos asteroides, pero todos ellos piensan igual. Solo piensan en sus asuntos y en ellos mismos. El Principito no los entendía (estaba muy lejos de su realidad), ellos no sonreían nunca, vivían tristes y solos. Gracias a este capítulo me di cuenta de que en la vida hay que saber sonreír y pensar también en los demás.
El Principito vive en un planeta donde crecen unos árboles muy grandes, llamados baobabs, crecen muy rápido. Por eso, él no puede descuidar la limpieza de sus raíces ni un solo día, pues podían crecer tanto que cabía la posibilidad de que pudieran destruir su pequeño planeta. En el capítulo de los baobabs, aprendí mucho sobre mis problemas. Los problemas siempre hay que intentar solucionarlos, si no, pueden hacerse tan grandes como los baobabs y hacer demasiado daño.
Poco a poco, iba entendiendo mejor este relato, aunque todavía no podía saber cómo iba yo a encontrar el sentido de mi dedicatoria. Quizás yo era como esos tristes adultos, que solo veían un sombrero en aquel dibujo que le enseñó un personaje al Principito, cuando lo que realmente era una serpiente que se tragó un elefante. El Principito sí lo supo ver, pero lamentablemente yo no lo podía ver puesto que, a pesar de mi corta edad, había perdido algo que al Principito le sobraba… y eso era la imaginación. Con esto aprendí que “lo esencial es invisible a los ojos y solo se ve bien con el corazón”, como bien expresó El Principito. Esta enseñanza me transformó tanto que lo único que yo podía seguir haciendo era leer y leer este maravilloso libro.
En la vida del Principito, también existía una flor. Una flor que a pesar de que la cuidaba cada día, no dejaba de quejarse. Ninguno de los dos era feliz. Entonces empecé a comprender que lo que realmente importaba es querer a las personas tal y como son. El amor que El Principito siente por su flor es tan grande, que a pesar de saber que no es perfecta ni lo será, cuida de ella y la valora. El mismo amor de amistad noble y sincera que existe entre El Principito y su amigo el zorro.
Ahora tengo trece años. Ahora sé que todavía tendré que visitar algún que otro asteroide, tener mucho cuidado con los baobabs o serpientes que encuentre en mi camino a la adultez y quieran confundirme para que abandone mis sueños… pero entonces yo recordaré que El Principito sacó agua del desierto y que nunca desistió de sus propios sueños. Ahora sí que entiendo el significado de aquella nota que llevaba mi libro; ahora sabré identificar un amor o amistad fiel. Y ahora sé que existe el amor y la amistad verdadera, porque en algún lugar del universo, en un pequeño planeta, vive un Principito que encontró esa magia en su flor.
El Principito
Nombre: Nuria Jurado del Espino
Curso: 1º ESO C
Centro: IES Clara Campoamor (Lucena, Córdoba)
Recuerdo desde pequeña, cuando descubrí leyendo en la biblioteca del colegio, a un niño rodeado de estrellas y a sus vistosos colores de la portada, los mismos que impactaron en mi espíritu y atrajeron toda mi curiosidad, haciendo que de inmediato agarrara aquel libro. No sabía entonces lo que aquella acción influiría de ahí en adelante en mi forma de pensar y de ver las cosas…
La mayoría de los jóvenes de mi edad no escogerían este tipo de relatos, pero para mí es único y especial. Este libro no tiene edades, es para pequeños y mayores; es sencillo, lleno de sabiduría y con un gran mensaje escrito en las finas páginas de este cuento. En él, se tratan temas tan profundos como el sentido de la vida, el amor, la amistad, la soledad y la pérdida de un ser querido. Las grandes enseñanzas de este libro me transportan a un mundo lleno de fantasía que va de la mano con la realidad; esta tierna historia es la de El Principito.
La idea principal de la obra trata de como las personas adultas pierden su sencillez y su inocencia, dejándolas a atrás al dejar de ser niños. Como bien dijo el protagonista de esta hermosa historia “Todas las personas grandes han sido niños antes, pero pocas lo recuerdan”. Su forma de ver el mundo motiva al aviador (que es el narrador de la obra) a escribir el relato para así reencontrarse con el niño que alguna vez fue. Otro tema de los que se habla a lo largo de este libro es el amor, un sentimiento esencial, que nos permite vivir y disfrutar las cosas. El amor que muestra el Principito hacia su rosa y que hace todo lo posible por volver con ella, hasta el punto de perder la vida por estar a su lado. Para expresar ese sentimiento tan profundo que sentía, compartió con nosotros la siguiente frase: “He aquí mi secreto que no puede ser más simple, solo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible a los ojos”.
Esta bonita historia ha formado parte de mí desde muy corta edad, me ha acompañado cuando tenía problemas o cuando me sentía sola. Incluso cuando tenía que buscar un lugar donde refugiarme y pensar, sabía que podía contar con mi amigo el Principito y podría descansar entre las páginas y dibujos que rodeaban mi mundo de fantasía. Indudablemente, otra de mis frases preferidas de este aventurero de ilusiones sería: “Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día cada uno pueda encontrar la suya”. Es fabulosa, y gracias a esta motivadora frase he conseguido dejar a un lado mis miedos y luchar por perseguir mi estrella y mis sueños. Os invito a que lo leáis y a que os sumerjáis en él ya que es un libro para reflexionar, nutre el alma y tiene un gran poder de imaginación que consigue que quieras seguir leyendo hasta devorar la última página.