Colmillo Blanco
Autora: Ana María Guerrero Arroyo
Curso: 2º ESO-A
IES Los Cahorros, Monachil (Granada)
Hasta ese día mis lecturas se habían reducido a narraciones tradicionales de aventuras con un desarrollo simple y un final predecible que sí, efectivamente me hacían trasladarme a esa historia, no aportaban ningún valor a mi vida real, ni me hacían aprender algo nuevo. Un día mi profesor me dijo que era el momento de dar el salto y comenzar a leer libros para superarme a mí misma, empujándome y dándome la oportunidad de leer y vivir este fantástico libro. Aunque al principio lo juzgué por su posible dificultad, finalmente abrí la primera página de Colmillo Blanco.
La novela narra aparentemente la vida de los lobos desde su nacimiento hasta su muerte a causa del frío, la falta de alimento, las reyertas con otros de su especie o simplemente por el incontrolable paso del tiempo. Pero en ese transcurrir, la historia me ha transmitido y enseñado unos valores que me hacen ver cómo es la vida en realidad, a pesar de mi juventud. La vida no es tal y como nos la describen en los cuentos, no todo son finales felices ni escenas románticas. Hay tristeza, soledad, decepciones y miedo. Miedo a ser juzgados, a perder a personas queridas, como le ocurrió a Colmillo Blanco que perdió a su madre ¿se imaginan lo que eso conlleva? El simple hecho de esta pérdida te enseña a ser autónoma, a no depender de nada y hacerte valer por ti misma.
Este libro demuestra que todo aquel que quiera algo en la vida debe luchar por ello, porque queridos lectores no hay NADA que puedas conseguir sin antes haberte esforzado. Al igual que Colmillo Blanco tuvo que luchar por sobrevivir en la naturaleza, nosotros debemos luchar por lo que nos hace felices y por lo que trabajamos a diario, aunque, si no llega el resultado esperado, no podemos sentirnos defraudados: nos hemos esforzado y hemos aprendido durante el camino, debemos de estar orgullosos.
Otra enseñanza de este gran libro es que nunca debemos olvidarnos de la belleza de las rosas por el mero hecho de que una de sus espinas dañe la yema de tus dedos, es decir, no podemos generalizar la idea de que si una vez te defraudaron siempre lo harán, porque no es así. Colmillo Blanco pensó que como el amor de una madre ninguno y por ello nunca confió en ser humano alguno, ya que conocía sus facetas más desagradables y terroríficas, hasta que se dio cuenta de que los humanos no eran tan malvados, también tenían sentimientos y sabían expresar el amor que sentían. Por ello debemos de tener una mente abierta a todo tipo de situaciones y saber que no todas las personas son iguales y que de todas siempre se puede sacar una enseñanza, cada persona es un mundo.
En conclusión, aunque parezca increíble que un libro pueda conseguir llegar al interior de una persona, este lo ha hecho y de una manera muy especial. Por ello no podemos dejar de leer libros para enriquecernos interior y exteriormente e intentar ser como fue Colmillo blanco: curioso, feliz y perseverante ¿Qué más se puede pedir? ¿Qué más se necesita para ser feliz? Por esto y por otras razones, este es mi libro preferido.