El bestiario de Axlin
Autora: Hada González González
Curso: 2º ESO B
IES Cartima, Cártama (Málaga)
Este fue un libro que encontré por pura casualidad, además de que me recomendaron mucho sobre su autora. Trata sobre Axlin, una chica coja que vive en un mundo poco evolucionado y plagado de monstruos que, por lo que se sabe, tan solo atacan a los humanos. Desde pequeña comienza a interesarse en los monstruos y en el porqué de sus acciones, detrás de las pobres empalizadas que protegen su pueblo, Axlin acaba aprendiendo a leer y a escribir, y, tan pronto como se le permite, abandona su aldea natal para aventurarse en el extenso y aterrador mundo que ahora le rodea acompañada de un buhonero. Así, podremos leer cómo está determinada protagonista va conociendo personajes memorables y descubriendo cosas realmente inexplicables sobre los monstruos y sobre lo diferentes que son las cosas al otro lado del mundo.
Reconozco que me encantó también por los monstruos en sí, ya que soy una aficionada a la criaturas místicas y extrañas, por lo que constituyen una pequeña, pero importantísima parte de este libro, del que pronto se completará una trilogía. Otro gran aspecto es la contextualización del ambiente y sociedad, que realmente pegan con la atmósfera y está todo bastante bien montado.
Los personajes para mí más importantes son Axlin, Lexis y Loxan, Godrix y, sobre todo, Xein, que será muy importante en el segundo libro. Axlin es una persona fuerte, de las más fuertes que pueda haber, pero no física sino interiormente. Su determinación y curiosidad por lo que sea que le interese no conoce límites (cosa que a veces me representa). Incluso después de haber dejado atrás tanto y tener su cojera permanente, sigue adelante abriéndose paso en un mundo cada vez más caótico y cruel. Eso,queridos lectores,es fuerza.
Hay un pequeño tramo en especial del libro que siempre me emociona, porque te hace pensar, y es de ni más ni menos que mis buhoneros favoritos, Lexis y Loxan:
“Piénsalo Axlin repitió Lexis. En todas las rutas hay varios buhoneros viajando entre los enclaves,hasta ahora avanzabas sabiendo que en cualquier momento podías volver atrás,si nos acompañas puede que pierdas esa opción para siempre”.
Por todas estas razones,os invito realmente a leer este increíble libro, por los pequeños detalles,la curiosa y a veces irritante sociedad, sus memorables personajes y su increíble habilidad para meterte en un mundo completamente diferente al que es el nuestro. Espero de corazón haberos convencido para leer este magnífico libro, y que disfrutéis de las aventuras de Axlin conmigo de ahora en adelante.
Ah, tened cuidado al marcharos porque hace poco escuché el chillido de un Pellejudo…
Mini no es una miedica
Autora: Marina Jiménez Carmona.
Curso: 1º ESO C
IES Cátima, Cartama (Málaga)
Ahí estaba yo, en una mañana tranquila, hace ya unos cuantos años. Todos los fines de semana íbamos a la piscina, pero ese día fue distinto, ya que mi hermano había dejado sus juguetes desperdigados por todo el suelo, como el siempre hacía. Ese día mi madre, al traernos el desayuno pisó uno de sus coches y se cayó al suelo. Rápidamente le ayudamos para levantarse pero se había doblado el tobillo y no podía andar. Mi hermano fue a por hielo y yo la tumbé en el sofá. Como mi padre estaba trabajando, no nos podía llevar él a la piscina por lo que mi hermano se enfadó y protestó.
Mi madre me mandó a hacer sándwiches mientras que mi hermano no paraba de protestar. Al cabo de un buen rato unos cuarenta y cinco minutos, yo acabé de hacer todos los sándwiches, mientras mi hermano estaba convenciendo a mi madre de que tenían que ir si o si. Cuando llegue al salón mi madre me dijo que iríamos los dos en autobús, sabiendo que éramos como el perro y el gato ya que mi hermano se metía con migo. Yo le protesté y mi madre dijo que o íbamos solo los dos o que no íbamos. Mi hermano se puso a llorar y a pelear por lo que no quedó más remedio que ir. Metí los bocadillos en la mochila y mi madre le dio dinero a mi hermano para pagar el autobús. Saliendo ya de mi casa mi madre, le dice a mi hermano que me cuidara a lo que le contesta con un “Vale, mamá, tendré cuidado”.
Llegamos a la parada del autobús, que llegó a tope de gente, por lo que era imposible pasar. Nos subimos los dos y nos perdimos rápidamente entre toda la gente. Por lo que me contaron mi hermano se bajó en la primera parada y yo, sin saber qué hacer, esperé un poco. Al bajarme del autobús no sabía dónde estaba, por lo que empecé a preguntarles a todas las personas que veía, pero ninguno me contestaba. Tampoco podía llamar, porque el dinero que nos había dado mi madre lo tenía mi hermano.
Eran ya las dos y cuarto, mi hermano volvió a casa a la vez que mi padre, cuando mi padre le vio sin mi le preguntó y lo que contestó fue que el autobús estaba lleno de gente y nos perdimos de vista. Yo me senté en un escalón y la gente creyendo que era pobre me echaron dinero en la gorra y con ese dinero yo llame a mi casa. Contestó mi padre y se asombró, porque yo solo tenía nueve años en ese momento.Fue a recogerme y me llevo a casa. Al llegar mi hermano vino corriendo y llorando hacia mí y mi madre sacó una sonrisa de oreja a oreja.
Ya sabían que yo no era una miedica y así mi hermano no se volvió a meter conmigo.
Momo
Autora: Beatriz Lucena Martín.
CURSO: 1º ESO B
IES Cártima, Cartama (Málaga)
Soy Beatriz Lucena Martín y me gustaría compartir con vosotros las sensaciones que experimenté con esta obra. Este verano mis padres me regalaron el libro de Momo, de Michael Ende. Al principio a mí no me llamaba mucho la atención: portada naranja con una niña vestida con ropa vieja y harapienta, una tortuga y muchos relojes.
Desde luego, no parecía un libro excesivamente interesante. Pero todo eso cambió cuando empecé a leer… me sumergí en la historia que me hizo sentir como Momo, la protagonista, haciéndome sufrir cuando estaba en peligro, sentir alegría cuando jugaba con sus amigos, alivio al ver que todo se había acabado y que los hombres grises habían desaparecido… Casiopea desde luego fue una fiel amiga y me dio pena tener que despedirme de ella y del Maestro Hora al final.
Este libro me ha dado auténticas lecciones de vida: he aprendido cosas como que el que el que más tiene no es siempre el más feliz. Fijaos en Momo, era pobre de objetos materiales, pero rica en felicidad y lo mejor es que era capaz de hacer sentir esa felicidad a los que se encontraban a su alrededor.
También me ha hecho apreciar el valor del tiempo: lo que en el libro son los hombres grises, hoy en día son los ladrones de tiempo que hacen que pasemos gran parte de nuestra vida haciendo cosas superficiales y nos impiden que nos centremos en lo que de verdad nos importa: la familia, los amigos, en nosotros mismos…
Hoy en día es difícil encontrarse con una persona como Momo, que pueda encontrar la felicidad en cualquier parte y hacérsela sentir a los que tiene alrededor. Para mí, eso es un valor que muy pocas personas poseen y que en el día a día pocas personas saben apreciar.
Bueno, ya me despido y espero que esta pequeña redacción haya despertado en vosotros ganas de leeros el libro, por muy pequeñas que sean. No os lo perdáis.
Donde los árboles cantan
Autora: Laura Mancera Gálvez.
CURSO: 2º ESO B
IES Cártima, Cártama (Málaga)
Miro atrás y parece que fue hace tan poco tiempo, pero esa no es la verdad. Soy Viana de Rocagris y soy hija de un duque, todavía me acuerdo de mi padre y de lo que me dolió la noticia de haberlo perdido, pero no adelantemos acontecimientos porque hoy estoy aquí para contar la historia desde el principio.
Yo era muy feliz en el castillo, éramos nobles y por eso llevaba una vida muy buena, estaba comprometida con Robian en esos momentos era el amor de mi vida, en esos momentos, mi vida estaba resuelta, tenía un futuro, una familia, tierras. Pero eso cambió, el día del solsticio de invierno, mientras Oki narraba una historia un tanto rara entró un arisco montaraz, que más tarde conocería, traía una noticia: habían atacado las montañas, nos atacaban, venía un ejército.
Todos nos quedamos sorprendidos, mi padre se fue a formar parte del ejército y, junto a él, Robian. Yo me quedé en Rocagris, pasó tiempo, no sabría deciros cuánto pero para mí fue mucho. Y un día como cualquier otro lo supe: el rey y su hijo habían muerto y, con ellos, mi padre. Solo habían sobrevivido los que se habían unido al nuevo rey. Y desde que escuché esa noticia, desde ese mismo instante mi vida cambió…
Yo conocí a la escritora Laura Gallego por un libro que saqué de la biblioteca, me encantó tanto que, cuando lo terminé, saqué otro de esta misma autora. Pasó tiempo hasta que volví a leer un libro de ella y fue este libro, que me regaló mi madre en unos reyes.
Lo leí poco después y me encantaron la historia de Viana, sobre todo por su gran cambio de personalidad y de forma de ser, ya que pasa de ser una duquesa a una proscrita.
En el lado opuesto, tenemos a Harak, que es el malvado de la historia y, como era de esperar, se ganó mi odio más profundo.
Sin duda si tuviera que escoger un fragmento de este libro sería la frase que le dijo
Oki, el cuentacuentos real, a Viana: “Ahora tú debes decidir si seguirás siendo una oyente o, por el contrario, saldrás en busca de tu propia historia”.
Me emocioné leyéndolo.
El final de este libro, ¿me gustó? No sabría decirlo, le tengo amor y odio. La verdad es que al cerrar el libro pensé: ¿y ahora qué? ¿Lo cambiaría? No, aunque me dejó un gran vacío y, junto a él, un parón lector, era el mejor final que podría haber tenido, aunque me habría sentido mejor con un “vivieron felices y comieron perdices”.
Leyendo este libro aprendí bastantes cosas, una de ellas fue valorar a los que me rodean ya que nunca sabes cuando te van a dejar o si de verdad les importas. Este libro hizo que me pegara como una lapa a los libros de esta escritora ya que después de leer esté seguí leyendo sus libros y disfrutando cada vez más de la lectura.
Si estás leyendo esto y te he puesto en duda sobre leer el libro o no, hazlo. No te arrepentirás y, cuando lo cojas y no lo consigas soltar, me entenderás.
Harry Potter y la piedra filosofal
Autora: Daniela Román Aguilera
CURSO: 2º ESO B
IES Cártima, Cártama (Málaga)
¡Hola!
Soy Granger, Hermione Granger, pero mis amigos me llaman simplemente Hermione. Acabo de descubrir que soy una bruja y, la verdad, estoy impactada, en realidad debo decir que ya hace un año que lo descubrí pero es relativamente poco.
En este texto os voy a contar un poco sobre mi primer año siendo bruja. Era un verano bastante traquilo hasta que me llegó la carta, aquella carta. En esa carta me decían que era una bruja y que tendría que ir a una escuela de magia. Alucinante, ¿verdad?
Me emocioné tanto que de inmediato fui a comprar un montón de libros de magia de todo tipo: magia oscura, historia de la magia, Hogwarts (el colegio donde estudiaría), etc.
El primer día estaba ansiosa porque me estaba subiendo al tren que me llevaría a
Hogwarts. Conocí a un chico llamado Neville al que se le perdió su sapo, vaya desastre. Mientras ayudaba a Neville a encontrar su sapo entré en una cabina donde había dos chicos. No os podéis imaginar lo poco preparados y lo poco serios que eran. ¿Quién se imaginaba que llegarían a ser mis mejores amigos?
Mis primeras clases fueron un poco “desastrosas”, en el sentido social claro. Lo de comprenderlas se me daba bastante bien. Un día en clase hicimos un hechizo bastante fácil que consistía en hacer levitar una simple pluma. Teníamos que agitar la varita acompañándola con la frase “Wingardium Leviosa”. Me puse de los nervios, no porque el hechizo no me saliera sino porque mi compañero lo hacía realmente mal y por sentir la necesidad de corregirlo, y lo corregí.
Desde ese momento pasé a ser la empollona hasta que ciertas circunstancias y oportunidades hicieron que Harry Potter y Ron Weasley se convirtieran en mis mejores amigos y en el futuro quién sabe qué más.
Si quieres conocer nuestra historia, es decir, la de Ron, la de Harry y la mía, puedes leerte nuestro libro.
Bueno, adiós, tengo que ir ya a mis clases de segundo año.