Tea Stilton: Misterio en París
Autora: Guadalupe Saborido Heras
Curso: 2º ESO A
IES Beatriz de Suabia (Sevilla)
Cuando estaba en educación infantil, la lectura no me atraía demasiado, es más, únicamente leía en clase cuando todos nos reuníamos formando un círculo y veía cómo la profesora repartía cada libro al alumnado correspondiente. “Jamás olvidaré los típicos cuentos que hojeábamos a la vez”. La mítica saga de “Mica y sus amigos”. Siempre me preguntaba: “¿Por qué leer una historia tan corta cuando podríamos leer una más larga?”. Y, tenía gracia, porque ese tipo de libros me gustaba, pero, lamentablemente siempre me quedaba con las ganas de más.
Y ahí fue el comienzo de todo, del cómo pasé detestando leer a amar tanto la lectura como la escritura. Si cuando era una niña pequeña, después de pasar horas, minutos y segundos leyendo, probé hacer un cambio, porque después de repasar las historias que otras personas habrían compuesto, ¿por qué no escribir mis propias historietas? Así tomé la decisión y empecé a hacerlo. No supe por dónde empezar, dicen que hay dos tipos de escritores: el de brújula, quien sin precisión empieza a escribir, y el de mapas: alguien que tiene organizada todas las ideas, y sin más preámbulos, igualmente, comienza a escribir.
Pues, yo creo que, sin duda, empecé por brújula, puesto que no tuve preparada en mis manos una escaleta, y hay quienes comentan que muchos de los autores comenzaron por el mismo camino. Yo he sido influenciada por parientes míos cuya pasión es escribir, me enseñaron todo tipo de cosas que no todo el mundo sabe. Y les estoy muy agradecida. Porque sin ellos, no sé qué sería de mi vida como escritora que soy. Además de que no todo el mundo tiene el lujo de permitírselo y por ello me sentí muy afortunada.
Hoy día cuento con más de diez libros escritos, y en mi carrera como estudiante seguía mostrando mi gusto por la lectura, hasta tal punto en el que mi estantería estaba increíblemente llena con muchísimos libros de todo tipo de géneros literarios. Mis padres y entre toda la familia me han comprado y regalado muchas obras, las cuales no todas he sido capaz de leer, pero sí que casi todas.
Y tras ganar mi más apreciado concurso a “La persona con más libros leídos en clase”, con un total de más de 30 libros, me hice con la victoria. Ocurrió en 5º de primaria. Y mis familiares comenzaron a darme libros suyos. ¡Fue genial! Hasta la profesora, como premio, me otorgó Tea Stilton: El Código del Dragón.
Y os cuento todo esto debido a que la elección al libro preferido fue bastante difícil, dado que eran muchos los libros que durante toda mi vida he leído, y aunque estaba entre Código Lyoko: El Castillo Subterráneo, Gerónimo Stilton: Heidi, entre otros, finalmente el libro escogido fue: Tea Stilton: Misterio en París, porque es una historia en donde te enseña que la amistad es muy importante y cómo saber cuidarla por muchos años. Porque, ¡quien tiene un amigo, tiene un tesoro! En esta obra contemporánea de la autora Elisabetta Dami, te muestra una visión global de París y de sus habitantes, sobre cómo viven, sus costumbres, lugares e incluso los orígenes de dicha ciudad. Lo más curioso, fue observar un mapa sobre la capital francesa, así como si de una guía se tratase, en el que aparecían monumentos tan conocidos como la Torre Eiffel, Notre-Dame o el Arco del Triunfo. Me encantó poder leer información sobre territorios franceses, desde los más populares hasta los rincones más desconocidos.
En cuanto a la aventura, me gustó bastante debido a que mi género literario favorito es el misterio, y también porque ocurren varios acontecimientos, entre ellos el robo de la colección de moda de Julie, juntas se embarcaron en una hazaña inolvidable en busca de una respuesta ante lo sucedido. En este acaecimiento puedes aprender diversas cosas, como que nunca hay que rendirse por lo que uno quiere alcanzar, además de lo que me transmitió este libro al momento de leerlo, algunos de los sentimientos transmitidos fueron felicidad, por ejemplo.
Conforme iba leyéndolo, yo misma me imaginaba que era la protagonista, y todo lo que le ocurría al personaje lo ensoñaba.
E incluso tanto en la portada como la contraportada pude extraer ideas sobre de qué podría tratarse la historia. La portada era llamativa, y el buen olor de las páginas de un libro nuevo era agradable.
También me he sentido identificada sobre todo en la parte en la que no tiran la toalla, porque al igual que yo no me eché atrás y desarrollé esa fuerza mental para conseguir lo que más me gustaba, a pesar de todos los intentos fallidos, tratando de escribir al menos una historia en la que, por ejemplo, no cambie la personalidad de un personaje sin ningún motivo, y obtener un premio sin el pensamiento de lograrlo, hice un sueño realidad, porque como dice el dicho: El fracaso es el camino hacia el éxito.
En resumen, de este ejemplar la moraleja sería la perduración de la amistad y la importancia de ayudar a los demás.
Por esta razón, ¡es mi libro preferido!, ¡lo amo!