Heartstopper
Nombre: Norberto Villajos Moisés
Curso: 1º ESO C
Centro: IES Cavaleri, Mairena del Aljarafe (Sevilla)
Hola, soy Norberto Villajos, de 1ºC del IES Cavaleri de Sevilla. Voy a hablar sobre HeartStopper que es mi libro favorito.
Heartstopper es un cómic o novela gráfica de doscientas ochenta y ocho páginas de los géneros comedia romántica y literatura juvenil, escrita e ilustrada por Alice Olseman, de la editorial PlanetadeLibros.
El libro es un cómic y, aunque no me gustan los cómics, una amiga me recomendó los libros de esta saga (formada por cuatro libros).
Cuando lo empecé a leer, pensé y dije, este cómic no es como los demás, este parece que se ha hecho con la voluntad de querer convencer al lector de que el mundo del cómic es real y de que le conmocione, que le haga sentir emociones al lector, o sea que no sea un cómic que lo lees y ya está, sino que es uno que lo lees y te quedas con ganas de más y de más, queriendo saber todo sobre ese mundillo.
Es mi libro favorito porque me ha hecho reír y, cuando lo lees, no puedes parar de leerlo (de hecho no pude),además, cuando lo estás leyendo, te lleva al mundo de los personajes y te hace sentir lo que ellos sienten, además, el libro te hace ver la cruda realidad de lo que sienten las personas cuando no son de la sexualidad que la mayoría de la gente quiere o espera que sean, y ese es un tema muy importante del que no se habla mucho.
Muchas gracias por leerlo, este es el final.
Las Brujas
Nombre: Oliver Olarte Díaz
Curso: 1º ESO C
Centro: IES Cavaleri, Mairena del Aljarafe (Sevilla)
Las Brujas odian a los niños y harían lo que fuese para matarlos.
Suelen hacer que un niño desaparezca una vez por semana, lo que es igual a cincuenta y dos veces al año.
Un niño tenía una abuela en Noruega que visitaba dos veces al año, en invierno y en verano. Pero una vez que iban de camino a Noruega, para pasar ahí las navidades, había mucho hielo, así que se resbaló el coche y se cayó por un barranco.
Sus padres, que iban en el coche junto con su niño, murieron al caerse por el barranco. El niño iba bien amarrado, por esa razón siguió vivo.
Como sus padres habían muerto no le quedaba a nadie con quien vivir, sólo su abuela.
Esa misma noche en la que sus padres murieron, llegó a la casa de su abuela y le empezó a contar algunas desapariciones de algunos niños debido a las brujas. También le contó sobre el aspecto que tenían las brujas para cuando se encontrase con una, supiese reconocerla y poder defenderse:
Tenían la nariz con dos agujeros grandes, cuando un niño olía bien, para ella era como si fuese caca de perro, tenían la saliva azul, llevaban guantes para que no se les viesen las garras, llevaban peluca porque eran calvas y tenían los pies planos y sin dedos.
Algunas de las historias que le contó la abuela al niño eran:
Una niña desapareció gracias a que una mujer se la llevó y nunca jamás se le volvió a ver, otra fue debido a que un niño se comió una manzana que le dio una mujer y tras unos días de estar desaparecido fue encontrado en un cuadro, otro de ellos se convirtió en gallina, no se sabe porqué, uno se transformó en una piedra tampoco se sabe cómo y el último que le contó se convirtió en marsopa.
El niño y su abuela se mudaron a Inglaterra porque su padre y su madre dejaron por escrito que, si se morían, querían que su hijo se criase en Inglaterra. Al niño no le gustó la idea, pero su abuela le obligó igualmente.
Pasó un tiempo y el niño decidió construir una casa en un árbol. Cuando había construido la mitad de la casa, se encontró con una bruja. El niño llegó a su casa emocionado y, a la vez, muerto de miedo por lo que acababa de pasarle, y en cuanto vio a su abuela se lo contó todo. Su abuela le dijo que le serviría de experiencia y que hizo muy bien con huir de ella, también le dijo que ese verano iban a ir a Noruega.
Unos meses más tarde la abuela cogió una pulmonía y el doctor le dijo que no podían ir a Noruega. No muy contentos con la noticia, no fueron a Noruega, fueron a Bournemouth y se quedaron en un hotel. En ese hotel había muchísimas mujeres mayores, ya que había una convención sobre tratar bien a los niños. Para que el niño no se aburriera, ya que no había mucho que hacer, la abuela le regaló dos ratones. En el hotel no les permitían llevar los ratones, pero después de insistir mucho, al final accedieron.
Al niño le gustó mucho el regalo de su abuela y se le daba muy bien adiestrarlos, pero no encontraba un sitio para poder hacerlo bien, así que se escondió en una sala vacía. De repente, entraron las mujeres mayores de la convención. El niño se asustó y se quedó en silencio porque se dio cuenta que eran brujas. Una de ellas subió al escenario y las invitó a que se acomodaran. De repente, empezaron a quitarse los zapatos y las pelucas, y el niño se dio cuenta de que estaba rodeado por ellas. «La Gran Bruja» empezó a hablar sobre su plan secreto, que consistía en convertir en ratones a todos los niños con el «Ratonizador de Acción Retardada». Para demostrarlo, el día de anterior le dio un caramelo a Bruno con un poco de ratonizador de acción retardada y le dijo que si venía a esa sala a las 3:25 le daría más caramelos. Lo que Bruno no sabía era que el ratonizador haría efecto precisamente a las 3:30.
Primeramente, el chico empezó a sentir molestias, seguidas de dolores y retorcimientos, transformándose finalmente en ratón ante todas las brujas.
Las brujas, sorprendidas con lo que acababa de ocurrir ante sus ojos perplejos, aplaudieron de manera eufórica.
Cuando ya estaban a punto de irse, la Gran bruja empezó a oler a caca de perro. El niño empezó a preocuparse mucho, ya que La Gran bruja lo estaba buscando, hasta que finalmente las otras brujas lo capturaron y le obligaron a tragarse el ratonizador. Una vez convertido en ratón, escapó y buscó a Bruno.
Cuando se encontraron, Bruno y él fueron a la casa de la abuela y le contaron lo sucedido. La abuela estaba muy triste, pero el niño, para hacerla sentir mejor, le dijo que ser ratón sería mucho mejor porque no tenía que ir al colegio y eso le hizo reír a la abuela.
Después fueron en busca de los padres de Bruno y le dijeron que él era su hijo. Evidentemente los padres no se lo quisieron creer, la abuela insistió, pero igualmente el padre pensaba que le estaba tomando el pelo, así que se enfadó con ella y le pidió que se fuese.
Volvieron a su habitación y el niño le dijo a su abuela todo lo que había pasado. También le contó que la Gran bruja vivía justo debajo de ellos y eso hizo que a la abuela se le ocurriera un plan. Este consistía en meter a su nieto en uno de sus calcetines y bajarlo por la ventana hasta que llegase al balcón de abajo, en donde se encontraba la Gran bruja, para así robarle el ratonizador de acción retardada.
Mientras estaba abajo, el niño se enteró de que las brujas iban a comer sopa, así que le dijo a la abuela que le llevase a la cocina para echar el Ratonizador de Acción Retardada a la sopa. Y eso es lo que hicieron.
Cuando las brujas bajaron a comerse la sopa, todas se convirtieron en ratones y empezaron por todos lados. La abuela se encontró otra vez con los padres de Bruno e insistió que el ratón era su hijo, pero siguieron sin creérselo y, a pesar de eso, la abuela les entregó a Bruno y se fueron a su casa. Pero antes cogió el mapa de la localización de todas las casas de todas las brujas del mundo y cuando llegaron a su casa de Noruega decidieron que iban a hacer desaparecer todas las brujas del mundo.