Matar un Ruiseñor
Nombre: Ada Antolín Romero
Curso: 1º ESO A
Centro: IES Victorio Macho, Palencia
Este es uno de mis libros favoritos y, la verdad, es una historia curiosa cómo llegó a mí.
Yo veo “Los Simpsons” y, en un capítulo, Lisa y Homer hacían como si fueran Scout y Atticus. Yo no sabía quiénes eran ni nada sobre el libro, así que decidí leerlo.
Según comencé a leer la novela, enseguida me atrapó. No sé qué fue, si los personajes, la historia o como está narrado, pero me encantó.
Una de mis partes favoritas fue la del juicio. Me gustaba ver cómo Jen y Scout se daban cuenta de lo que pasaba y les daba rabia no poder hacer nada.
Otro momento memorable, para mí, fue, cuando los hombres del juicio que iban contra Tom Robinson se acercaron a pegar a Atticus y Scout le defendió con su arma más poderosa: la educación y la dulzura de una niña. Me gustó muchísimo esta parte, (y me acordé del capítulo de «Los Simpsons»).
En cuanto a los personajes, el que más me interesa y con el que más empatizo es con Scout, aparte de que narra la historia, me gusta su forma de ver el mundo: con inocencia, a veces de manera injusta y, sobre todo, con esa curiosidad tan característica de ella. No es el personaje con el que más me identifico, porque es la hermana pequeña y le molesta que Jen no quiera jugar con ella. En cambio, yo soy la mayor entre mi hermano y yo, entonces nunca me he visto en esa situación, pero, aun así, me encanta esta chica y cómo va evolucionando a lo largo de la historia.
Volviendo a Jen y Scout, me hizo gracia que llamasen a Atticus y no papá o padre. En el fondo, esta pareja me recuerda a mí y a mi hermano, cuando éramos un poco más pequeños, por las trastadas que hacen. Otra cosa que me encanta de ellos es cómo van cambiando se idea en cuanto a Boo Radley, cómo pasan de tenerle miedo a considerarle un amigo.
En general, es un libro precioso que recomiendo porque te enseña muchos valores que debemos tener en la sociedad actual, por ejemplo, a no considerar inferior a la gente con otras religiones o de otras razas. Además, no tenemos que prejuzgar a las personas, nos pueden parecer malas, pero en el fondo es posible que tengan un gran corazón.
Invisible
Nombre: Amara Sardón Manjarrés
Curso: 1º ESO
Centro: IES “Victorio Macho”, Palencia
El libro del que desarrollaré esta reseña es Invisible, del escritor Eloy Moreno. Esta obra es la que más destaca del autor debido a que es la más conmovedora y la que te hace reflexionar sobre la magnífica variedad de metáforas que los lectores no puede dejar de contemplar.
Invisible es la historia de un niño, no es uno cualquiera, sino uno con superpoderes. Él no es como cualquier persona, porque está sufriendo, pero nadie lo ve porque su poder le impide que lo vean o eso es lo que él empieza a pensar. Todo comenzó un día cualquiera en el instituto. Siempre sacaba las mejores notas de su clase y en su curso destacaba como una brillante estrella en una noche oscura. Sin embargo, no sabía cómo le podía estar pasando, pero cada vez iba a más. Le quitaban el almuerzo, se metían con él, le insultaban, incluso le tiraban objetos, como chinchetas, piedras, libros… Nadie le hacía caso y, un día, se hizo invisible.
Ningún profesor le hacía caso, pero no sabía por qué ella, esa profesora, lo observaba como un depredador en busca de su presa. Ella se pudo dar cuenta de lo que le sucedía porque había vivido una situación semejante. Una gran cicatriz le recorría la espalda, no era nada más y nada menos que un dragón, un ser fantástico que intentó salvar la vida de aquel niño que se creía invisible. Ella le iba protegiendo cuando regresaba a su casa.
Él estaba harto, no podía más. La pared en la que apuntaba todo lo que le sucedía en el instituto no tenía espacio, por eso tomó una decisión. Las vías del tren serían la mejor opción, ya no podía seguir sufriendo. Solo el dragón, la valentía de su profesora, podría salvarlo.
Este libro es una de las mejores novelas que me he leído. Nunca llegué a imaginar que la lectura pudiera definirse como un cuerpo. Es extraño llamar cuerpo a la lectura, pero con esta novela he podido sentir lo que ese niño. He llegado a sentir esa sensación tan angustiosa cuando su acosador le está persiguiendo, ese desgarrador adiós a la vida e incluso la frustración de su profesora al ver marchar una vida como un suspiro al aire. No tengo palabras para definirlo o describirlo, lo único que puedo decir es que tiene todo lo que un libro necesita, al menos, para mí.
Las sensaciones pueden sentirse, es apasionante, como si pusiéramos en juego todos los sentidos al leerlo. En la vida diaria, a veces, descuidamos las emociones. Pero este libro te hace reflexionar sobre los sentimientos. La tristeza a veces es tu gran ayuda en el día a día y sin ella no podrías hacer cosas que jamás te imaginarías. La fantasía, a través de las metáforas, es mi parte favorita de la novela, porque en realidad el niño no es invisible, aunque eso no lo descubras hasta el último capítulo. Verdaderamente todo el mundo lo ve, pero nadie se atreve a dar un paso sobre la cuerda floja del que sufre. Prefieren montarse en el puente del cómplice, alguien que ve, pero no es capaz de sentir porque no quiere.
También trata conceptos de la adolescencia, como el primer amor, que puede ser tan grandioso o puede hacerte fracasar y llevarte hasta el más profundo pozo; las dudosas amistades de aquellos que creemos nuestros mejores amigos pero que te abandonan. Te ayuda a comprender cómo funciona la adolescencia, algo que a simple vista puede parecer fácil y cuando te adentras en ella no sabes cómo reaccionar.
Este libro pone en juego nuestros sentidos, pues el desorden cronológico exige prestar mucha atención. Además, te sumerges en la historia, la imaginación vuela libre y te puede dar infinitas respuestas a las dudas que te surgen en la lectura.
Invisible se resume en dos palabras: fantasía y realidad.
El Grúfalo
Nombre: Hugo García San Martín
Curso: 2º ESO B
Centro: IES Trinidad Arroyo, Palencia
BOOKTRAILER: https://youtu.be/ij4XitgXhOY
Mi libro preferido de siempre, desde que le ojee por primera vez en una librería de Palencia, ha sido El Grúfalo, de Julia Donaldson y Axel Scheffler.
La historia cuenta la astucia de un pequeño ratón que es capaz de defenderse engañando a los animales del bosque que se lo quieren comer. Utilizando su imaginación, se inventa la existencia de un monstruo horrible amigo suyo. Uno a uno, el ratón ahuyenta a los animales y sigue su camino hasta encontrarse al monstruo que ha inventado. Lejos de huir, vuelve a utilizar su ingenio para engañar al Grúfalo pidiéndole que le acompañe para que vea cómo, aunque sea un pequeño ratón, es temido por los demás animales.
Nunca me había preguntado hasta ahora, por qué me sigue gustando tanto este cuento infantil. Y, no es porque no haya leído muchos más cuentos, libros o cómics, quizás ha sido por el paso del tiempo o las diversas relecturas que del cuento he hecho a lo largo de estos años.
Cuando ando perdido en mis miedos, cuando me siento juzgado por personas que no se han preocupado en conocerme, cuando se dirigen a mí con desdén o desprecio, trato de hacerme invisible, diminuto, como un pequeño ratón y justo en ese momento es cuando pienso en el Grúfalo. En este cuento.
Eso me infunde suficiente valentía como para volver a confiar en mí mismo. Es entonces cuando, acompañado del monstruo siento que soy capaz de cruzar delante de aquellas personas que me juzgan y puedo mirarlos a los ojos y me siento seguro, por un momento al menos.
Para mí, la imagen más poderosa del cuento llega en su parte final, donde encontramos al ratón solo en el bosque. Un bosque tranquilo… un reflejo de su propia tranquilidad. Porque cuando ya no tenemos temores y nuestros peores enemigos, reales o imaginarios han desaparecido, ya no necesitamos imaginar Grúfalos que infundan miedo a los demás; y podemos afrontar nuestras vidas con la seguridad de no huir ante ninguna adversidad.
Departamento de Asuntos Mágicos
Nombre: Isabel Alegre de Sala
Curso: 2º ESO A
Centro: Colegio Santo Domingo de Guzmán FESD, Palencia
Yo pensaba que Departamento de Asuntos Mágicos iba a ser muy parecido a Harry Potter, con sombreros, túnicas y varitas. Sin embargo, no fue así; el libro me sorprendió y, lo que es más, me gustó.
El libro se sitúa en nuestro mundo actual (con algunos años de diferencia), con nuestros mismos países, las mismas lenguas e incluso los mismos desastres naturales, pero hay una pequeña diferencia: allí, la magia existe y todo el mundo lo sabe. En el libro, ese pequeño detalle de la magia no se sabía desde siempre, por lo que, incluso después de que se hiciese público, la gran mayoría de gente y gobiernos son recelosos respecto a ella. A mí, la situación de este mundo me encantó, porque es un gran escenario para cualquier historia que te quieras imaginar. Además, en el libro aparece la guerra de Ucrania, lo cual, me pareció al menos curioso, ya que el libro se escribió en 2020, así que el escritor o es adivino o viene del futuro.
Aquí viene lo interesante, la historia…
No hay una, sino dos, dos líneas cronológicas distintas que, de algún modo (que no os voy a decir porque quiero que lo descubráis vosotros), se juntan al final. Aunque esta forma de escribir un libro la había visto (y leído) más veces, me parece una de las formas más interesantes de las que se puede escribir, ya que van intercalando las historias entre capítulos y siempre te dejan con la intriga.
La primera historia es sobre Cusak, un agente del departamento de Asuntos Mágicos, y Lindbergh, un inspector de policía, quienes investigan el asesinato de tres adolescentes (¡magos!) a los que les han arrancado el corazón. Esta parte de la trama es la que más se parece a un libro policiaco, con misterio y algo que no puede faltar…un crimen por resolver.
Aunque esta historia se desarrolle en Inglaterra, la siguiente, y mi parte favorita del libro, empieza a muchos kilómetros de allí, en Moldavia. Los protagonistas son Radu y Lera, unos jóvenes que se ven obligados a huir a Occidente por culpa de la guerra.
Esta historia es mi parte favorita del libro porque los protagonistas tienen una edad similar a la mía y conecto más con ellos, y porque su parte de la trama me parece más dinámica, entretenida y con más sorpresas. Además, tiene una parte, muy pequeña, pero la tiene, de amor, y da muchos mensajes sobre la amistad.
Yo al leer este libro tuve que hacer un poco de búsqueda de información, porque, para empezar, no tenía ni la más remota idea de donde estaba Moldavia (si recordáis, donde viven Radu y Lera). Gracias a esto, aprendí bastante geografía, y también un poco de historia, porque el libro también habla de las oleadas de refugiados sirios que llegaron a Europa en el 2015.
El autor de este libro se llama Daniel Hernández Chambers y es español. Debo ser sincera, a mí los libros españoles no me suelen gustar, porque los españoles tenemos un humor distinto a los americanos e ingleses, y yo estoy muy acostumbrada a estos últimos por las series y libros que me he leído. Esto que acabo de contar no quiere decir que no me gusten todos los libros españoles, por ejemplo, Laura Gallego es una escritora española y sus libros me parecen espectaculares… ahí os dejo esta recomendación.
Para terminar, me gustaría deciros que este libro es muy muy recomendable, se lee muy bien, explica la situación perfectamente y encima, aprendes un poquito de “cultura general”… Vamos, que lo tiene todo. Y por eso he decidido que es mi libro favorito.
Por donde entra la luz
Nombre: María Maldonado Villa
Curso: 2º ESO B
Centro: Colegio Santo Ángel, Palencia
Empiezo a entrar en esa edad en la que no nos sentimos parte de nada. No somos adultos, tampoco niños. Ni nuestros padres nos entienden, ni nuestros hermanos nos aguantan, ni siquiera nosotros mismos nos soportamos. Por ello, encontrar un lugar para escapar del mundo, que te dé alas y te permita evadirte de aquello que te rodea y en el que te sientas comprendido es tan elemental.
Yo lo he encontrado, en parte, en este libro, Por donde entra la luz.
Entre naranjos, versos, arena y agua salada, Elena está dispuesta a pasar el peor verano de su vida. Segundo de bachillerato, más centrado en sus relaciones y problemas personales que en los estudios, ha resultado derivar en un completo fracaso. Ella no cree en el “Todo va a salir bien” y lo recalca durante toda la historia…, hasta que Nacho reaparece en su vida. Ya no son niños y ambos lo saben.
Durante esos meses que finalmente no son tan horribles, aprende lo que es confiar en alguien, sentir el apoyo de una verdadera amistad, como lo son Alicia o María. Comprende con Joaquín qué es aquello a lo que quiere dedicar su vida y se reencuentra, gracias a Nacho, con aquello para lo que tiene un don especial y que de verdad le hace feliz. Entiende lo que es el amor en todas sus facetas con Ferrán, Lorena, Nacho y sus abuelos, y, sorprendentemente, con sus propios padres. Tras años de sentirse perdida, volvió a apoyarse sobre ese suelo, como ella lo llama, que supone la familia. Conocemos la evolución de Elena durante su pasado y también la que adquiere en el presente. Vemos cómo pone patas a sus propósitos, cómo lucha por lo que quiere.
El final de una historia de amor, el principio de una nueva, poesía, desengaños, amistad, lienzos, fiestas, dolor, desilusión, esfuerzo, apuntes, autodescubrimiento y perdón. Perdón a los demás y también a uno mismo. Así podría resumirse esta fascinante novela.
Frases como “A veces sucede y nos lo perdemos. Nos perdemos lo bueno que pasa y ni lo vemos, o, simplemente, lo dejamos escapar…”, o “La vida es muy corta como para aprender a base de palos […] Tampoco es irse al otro extremo y escapar del dolor a toda costa, claro. Al final eso nos lleva a no amar a nadie, porque amar a veces duele, inevitablemente” me han hecho pensar a cerca de la vida y de cómo afrontarla. ¿De verdad queremos ser insensibles hacia lo que nos rodea? ¿Estamos dispuestos a eliminar de nuestra vida los pequeños detalles, buscando la felicidad en aquello que nunca nos la va a aportar? ¿Pensamos que vivir con todas las letras es pasar de todo aquello que, mínimamente, nos molesta?
He tenido la sensación de estar dentro de la historia, conectar con sus protagonistas de esa forma que solo los buenos libros saben hacerlo. De esa manera en la que, sin darte cuenta, ríes, lloras, sientes miedo, enfado y cansancio a la vez que sus personajes. Y creo que eso ha sido tan sencillo porque, como decía al inicio, este libro me ha hecho sentirme comprendida, porque Elena es una adolescente más, con sus problemas, sueños y sentimientos, en la que puedes verte reflejada. Esta novela ha sido mi escondite porque, no sólo aporta entretenimiento, te hace crecer junto con la protagonista.
Además, este libro no tiene exactamente un final feliz; lo que nos obliga a, inevitablemente, identificarnos incluso más con la imperfecta vida de Elena. Pero vemos cómo afronta la situación con ojos distintos a como lo hacía al principio del libro gracias a la estabilidad que la ha aportado ese verano. Ese verano que, sin cuatro suspensos, no habría tenido lugar.
Porque no sabes qué va a ser aquello que cambie el rumbo de tu vida, ni tampoco cuándo va a llegar. Por eso nunca hay que sufrir por lo que venga, sino afrontarlo. Porque, a veces, “puede que no te des cuenta de que la tierra que pisas quizá sea el lugar donde tienes que estar en ese momento”. Porque nunca sabes por dónde va a entrar la luz y, si cubres las grietas, nunca lo descubrirás.
Jane Eyre
Nombre: Marta Cecilia Diez Mellado
Curso: 2º ESO A
Centro: IES Victorio Macho, Palencia
En el momento que terminé de leer Jane Eyre se convirtió automáticamente en mi libro favorito. Me atrapó y me cautivó desde el primer momento y reconozco que también me sorprendió, porque han sido pocos los clásicos que han logrado llamar mi atención desde el inicio.
En la novela nos encontramos con Jane, nuestra protagonista. Una chica que, tras quedar huérfana, se muda a la casa de su tío. Al poco tiempo, este cae enfermo y también fallece, quedando Jane al cuidado de su tía política, la cual parece odiarla. Entre el odio de su tía y el “mal” comportamiento de Jane, la llevan a una escuela donde viven niñas huérfanas y abandonadas. Allí vuelve a vivir nuevamente en un lugar donde el trato no es muy bueno, que digamos. Llega un momento en que se adapta a su nueva situación y, acompañada de ciertos cambios, Jane crece, se convierte en una institutriz y se muda a un nuevo lugar donde parece que todo va a mejorar, aunque solo lo parezca, ya que, a partir de entonces, el amor, la intriga y el misterio se convierten en los protagonistas principales de la novela.
La historia es apasionante y su protagonista difícil de olvidar. Un personaje complejo, luchador, capaz de afrontar las dificultades que se la van presentando a lo largo de su vida y todo ello con una mezcla de rebeldía y dignidad que lleva al lector a sentirla como una heroína en tiempos tan difíciles para las mujeres como ella.
Lo que peor he llevado son las injusticias a las que se ve sometida Jane, que te remueven por dentro y que, como lector, me ocasionaron mucho enojo y tristeza. Además, mientras leía pensaba que podían ser un ejemplo de las muchas penurias que tuvieron que sufrir las jóvenes de aquella época, dejándote una sensación de impotencia al no poder hacer nada para remediarlo. La historia se desarrolla en la Inglaterra victoriana y la mujer no es que tuviera entonces plenos derechos, precisamente, siendo dependiente de la capacidad económica y social del hombre.
Me ha gustado mucho que la novela esté narrada en primera persona, incluso hay momentos en que Jane habla al lector, porque hace que conectes más fácilmente con la historia y sientes que estás escuchando lo que le ocurre a una persona cercana a ti. Ese tono tan personal, tan franco y sincero no te deja indiferente en ningún momento.
Creo que es un libro que te deja huella y del que todo el mundo puede disfrutar, sobre todo si te gustan los personajes de carácter fuerte. Jane Eyre es una mujer que toma decisiones y se rebela, y esa rebeldía te recuerda a la de protagonistas de otros libros, películas o series de televisión actuales. Es una novela clásica, sí, pero adelantada a su época. Un libro que te conmueve.
Si tú quieres, te bajas la luna
Nombre: Paula Domínguez Maldonado
Curso: 2º ESO A
Centro: Santo Domingo de Guzmán Fesd (Palencia)
La vida a veces te trae malas y buenas rachas, y las buenas sabemos llevarlas genial, pero las que no son tan buenas no tan bien. Este libro “si tú quieres, te bajas la luna” nos hace ver la vida con una imagen diferente a como la vemos habitualmente, nos enseña a vivir el presente, olvidar el pasado, y no pensar en el futuro. Nos refleja la vida en las cuatro fases de la luna. Este ciclo a mí me costó mucho pero pronto me di cuenta de que todo necesita tiempo y paciencia.
Primero empieza por la luna nueva, es la primera fase de la luna, son los primeros días, semanas, meses, incluso años que vives con muchas cosas en la cabeza y no sabes cómo llevarlo. Todos hemos tenido momentos difíciles, como el fallecimiento de una persona cercana, la separación de nuestros padres hasta la ruptura con el que pensábamos que iba a ser para siempre. Son momentos difíciles, por supuesto, pero la vida no se acaba ahí y hay que seguir. A mí me costó mucho salir de esta fase ya que apenas con ocho años mis padres se separaron, y me costó mucho reconocer que si dos personas no se quieren, no podemos obligarlas a quererse. Esta fase nos enseña a querernos a nosotros mismos, porque eso es fundamental para nuestro día a día, ya que sin autoestima y sin seguridad en nosotros mismos no podríamos afrontar los baches a los que nos enfrentamos a lo largo de la vida. Estos días sueles sentir todo tipo de sentimientos, desde tristeza hasta rabia o incluso enfado.
Después, pasado el tiempo, llega la segunda fase, el cuarto creciente, aquí es donde me di cuenta que no todo es para siempre; es cuando la luna se centra en su crecimiento personal. Aquí es cuando tu nuevo cambio empieza, por mucho que nos cueste, ese momento en el cual te has distanciado de tu amistad que conocías desde los dos años, pues eso, que por mucho que te duela hay que saber llevarlo de la mejor manera posible, y dar el cambio. Esta parte de este complicado ciclo es la que más nos cuesta, por eso es la más importante, ya que das un cambio radicalmente a tu vida. Cuando estás pasando esta fase, tus sentimientos son como una montaña rusa, ya que un día puedes estar supercontenta y al día siguiente en tu cama llorando porque no todo ha salido como querías. Cuando yo me encontraba en esta fase, pensé que me quedaría aquí, pero no, conseguí pasar a la siguiente aprendiendo de las cosas que más me dolían, para no volver a cometer los mismos fallos.
Por fin vemos ya la luna nueva, son aquellos momentos donde te encuentras a ti mismo, y te das cuenta que el tiempo coloca todo en su sitio. Es aquella fase en la que ves a tu madre feliz, es aquella que aunque no todo es como queremos, sabemos afrontarlo mejor que antes. Es la sensación de levantarse por las mañanas y encontrarte el café con las tostadas ya untadas de mermelada encima de la mesa. Ese momento en el que te encuentras feliz con esa persona y como en casa con tus amigas. Es en ese momento donde valoramos el presente y apenas pensamos en el pasado.
Ahora mismo me encuentro yo aquí, en esta fase y aunque no todo es como deseamos sabemos afrontarlo y llevarlo mucho mejor que antes.
Cuarto menguante…, es muy difícil llegar a esta fase, pero sí es posible. Esta fase simboliza la felicidad y aunque todavía tengamos cicatrices que aún duelen y cosas que no paran de darnos vueltas a la cabeza, por fin hemos vuelto a tener amor propio, a querernos a nosotros mismos, hemos vuelto a ser mi yo de siempre.
Quién haya llegado hasta aquí, hasta esta fase, haya visto el cuarto menguante de la luna, se haya encontrado del todo a sí mismo, le felicito, porque a mí me está costando, y mucho.
Te espero en el fin del mundo
Nombre: Paula Hierro Curieses
Curso 2º ESO A
Centro: Colegio Santo Ángel, Palencia
¿Qué pasaría si tuvieras que elegir entre las demás personas o tus sueños? ¿Te elegirías a ti antes que a los demás? A esa decisión se enfrenta Violet, una niña con respuestas, soñadora y con propio estilo, que ha crecido en una casa deseando salir de ella. La rara del pueblo, la niña sin madre y con un padre con problemas con el alcohol, demasiado madura para su edad y con un sueño: ser una diseñadora y actriz famosa.
En cambio, Levi, un niño con preguntas, inteligente y aficionado a las figuritas de madera, no tiene tan claro querer marcharse del lugar en el que vive, Whitefish.
Cuando estos personajes se conocen en un funeral, su amistad crece poco a poco y con ello los sentimientos que ocasiona la adolescencia. Después de su primer beso, ellos saben que todo lo que están formando tiene final, y que cuando Violet cumpla los dieciocho años, ella se marchará a perseguir su sueño y dejará a Levi entre las montañas de aquella pequeña ciudad. Aún así los dos ignoran ese aspecto y se centran en vivir lo que están creando, una relación de las que marcan para toda la vida.
Es el primer libro que leo de esta autora; sin embargo, a mí me ha parecido un buen libro. Creo que si me preguntaran cuál es mi libro favorito diría este, ya que el libro está narrado por los dos protagonistas, algo que a mí personalmente me fascina porque así puedes saber qué piensa cada uno de ellos y conocer la situación en la que están.
Una parte que también me encanta de este libro es que está redactado muy bien, creo que hay unas reflexiones maravillosas que te hacen pensar y llegar tú mismo a conclusiones a las que no habías llegado antes. Es una historia de amor muy bonita, y que se conozcan los personajes desde pequeños les da una conexión especial entre ellos.
Escuché una vez que un buen libro es aquel que te hace llorar y reír en apenas unas páginas. Con este libro he llorado, he reído y he sentido, que es lo importante, he sentido como si esta fuera mi historia y como si la protagonista fuera yo misma, no quería terminarlo porque me había encariñado demasiado con los personajes, creo que es uno de los libros que no olvidaré jamás. Asi que, sí, recomiendo mucho este maravilloso libro.
