IES Luis de Camoens (Ceuta) 2022

Boulevard

Nombre: Julia Pérez Beneroso
Curso: 2º ESO
Centro: IES Luis de Camoens (Ceuta)

Para mí los temas relacionados con drogas y sustancias psicoactivas siempre han sido muy delicados. La autora de Boulevard en todo momento ha manejado bastante bien el tema. Ella nunca ha dado a entender en el libro que el consumo de drogas esté bien, y de manera sutil me ha llevado a través de un largo recorrido, no a justificar el consumo de drogas etc, sino, a mostrarme la manera de pensar de un drogadicto y cuáles son las situaciones que lo llevan a consumir.

Es un libro que está narrado desde el punto de vista de Hasley, y de vez en cuando desde el de Luke. A través de ambos podemos ver cómo se desarrolla una relación amorosa un poco compleja y para nada perfecta, aunque quizás en cierta manera era el empujón que necesitaba Luke en su vida.

En ciertos momentos me ha parecido que la dependencia que desarrolló Luke hacia Hasley y viceversa no era muy sana, en su relación aparecen momentos tóxicos y también tienen juntos que pasar por varios problemas. Después de pensarlo un poco, siento que la unión de estas dos personas trajo también cosas positivas sobre todo en la vida de Luke, llegando así a tener fe otra vez en él mismo, en sus sueños rotos y en su futuro.

En cuanto a los demás personajes pienso que a pesar de que algunos me hayan caído mejor que otros o haya conectado más con ellos, son personajes muy reales, que en cada momento te recuerdan lo imperfectos que somos los humanos.

Alicia en el país de las maravillas

Nombre: Ana Belén Ganfornina Núñez
Curso: 2º ESO
Centro: IES Luis de Camoens (Ceuta)

A mí me encanta leer, lo hago desde que tengo memoria y he leído libros de todo tipo desde que soy pequeña, pero siempre hay un tipo de historias que siempre serán tus favoritas, esas que puedes leer una y otra vez y que no te cansarás nunca, yo no soy la excepción, y para mí, ese tipo de historias son las de fantasía.

He conocido a mucha gente que no le gustan, que se decantan más por los géneros más “realistas” y por los “libros de verdad”, porque ahora parece que si un libro no tiene más de cincuenta años y no hablan de un tema serio y duro para la sociedad no cuenta como libro de verdad, como si la fecha de publicación fuera lo que marca si es una verdadera lectura o no, en conclusión, si el autor o autora no murió hace más de veinte años no cuenta.

Puede que en los libros de fantasía la historia que leemos y el mundo que nos cuentan sea mentira, que salga de la cabeza de algún loco que quiera contar al mundo una historia que usa para distraerse, dispersarse, para salir por un tiempo de la realidad, de un mundo aburrido sin sombrereros locos, conejos con chaleco y reloj, una reina que corta cabezas, una oruga que fuma, un gato que sonríe y una muchacha que no entiende los libros sin dibujos.

Lo más probable es que ya sepáis cual es mi libro favorito: “Alicia en el país de las maravillas” por Lewis Carrol.

Pueden que muchos digan que es un cuento infantil, no les reprocho nada, puede que lo sea, pero, al fin y al cabo, que alguien se haya inventado un mundo en el que cuanto más loco estés, mejor todavía, más te entienden y más te aceptan, e irónicamente, es todo lo contrario que pasa en el mundo real, por eso puede que sea uno de los mejores libros para evadir la realidad por lo menos las horas que este te dure, porque soy de esa parte de la población que los libros le duran una semana, o menos.

Y cuando la gente me pregunta que por qué es tu libro favorito suele contestar lo mismo, que es un clásico, que tiene un buen desarrollo de personaje, que la historia es original, que es un libro que te sorprende, te que ríes mucho, que puede que nos haga llorar, que lo has pasado bien leyéndolo y que a mucha gente le gusta.

Sorprendentemente, Alicia en el país de las maravillas tiene todas características o casi todas.

También hay personas que tienen un libro favorito, pero no lo dicen, u ocultan leer, o dicen que han leído tantos que no saben escoger uno, o dicen uno cualquiera para no decir el verdadero y no ser rechazados por no leer “libros de verdad”, cosa que, todo lector de fantasía puede decirte que algo así ha vivido, no me quedo atrás.

También está le gente que no tiene libro favorito, aunque con el tiempo seguro que lo encuentran, no lo dudo.

Pero realmente, si me pides una opinión sincera sobre mi libro favorito, sobre Alicia en el país de las maravillas, probablemente te diga alguna razón anterior o que es un libro que me ha marcado desde pequeña, tanto el libro como las adaptaciones cinematográficas, y mentira no es.

También me gusta la estética, de cualquier adaptación o de las ilustraciones del libro, como bien le gustaba a Alicia, esta estética me tranquiliza, me hace sentir en cualquier otro sitio, y eso, de verdad me hace sentir bien.

Pero realmente, si me preguntas de verdad, por qué es mi libro favorito, te diré la verdad, no lo sé.

Estas razones os serían más que suficientes, pero en realidad no lo sé, porque considero que todo eso puede tenerlo cualquier libro, pero tu libro favorito tiene que ser mucho más que eso, y no tiene que haber razón, y puede que suene cursi, pero para que un libro sea tu favorito solo tienes que sentirlo y saberlo, no tiene que haber una razón exacta, puede que ese libro te conecte con algo o con alguien especial, o no, o simplemente es algo que forma parte de ti, pero ocupa un poco más de espacio que el resto.

El que ese libro te evada, te saque de esta realidad y busque un nuevo mundo en tu cabeza, algo que pudiste pensar ayer o mañana, pero ese mundo te viene ahora, en medio de una película de Star Wars, mientras estudias historia o haces un examen de matemáticas, porque eso es lo que hace Alicia en el país de las maravillas, un libro que no busca las ideas y hace que las descubras poco a poco, un libro que espera que conozcas su mundo poco a poco, despacio, donde en los detalles está lo importante.

No, Alicia en el país de las maravillas es un libro que te saca las ideas de golpe y no espera que vengan una por una, porque no tiene paciencia.

Alicia en el país de las maravillas te saca su mundo de golpe, no espera que lo entiendas, no espera que te guste, te lo lanza y ya tu decidas si lo tomas o lo dejas, un mundo que cuando menos te lo esperas te lo pone del revés, le da un par de vueltas y te lo recoloca de otra manera distinta qué al principio, un mundo que rompe sus propias leyes, sus propias reglas, si es que este tiene algunas.

Y puede que a mucha gente le desconcierte, y le saque muchas dudas y que no le encuentran sentido alguno, por eso parece un cuento para niños, cuando en realidad, eso es lo que el libro busca, busca desconcertarte, busca que no le cojas el sentido, que cuando te lo acabes, tengas muchas más preguntas que cuando te lo empezaste.

Y yo seguiré aquí, leyendo más libros y guardándolos en cualquier parte que se te ocurra, pero, al fin y al cabo, Alicia en el país de las maravillas siempre ocupará más espacio.

Supermendruguito

Nombre: José Carracao
Curso: 1º ESO
Centro: IES Luis de Camoens (Ceuta)

¡Hola! Me llamo José Carracao Fernández, y hoy os voy a hablar un poco sobre mi lectura favorita y por qué esta me llamó la atención y es tan importante para mí. Bien, como primero he de decir que no me considero un fanático de la lectura, no es mi pasión pasar horas y horas leyendo libros. Pero sí que siempre he sido y sigo siendo una persona muy curiosa, que le gusta investigar cosas, de ahí que algún libro haya leído.

Todos de pequeños hemos escuchado algún cuento que nuestros padres nos contaban a la hora de dormir, como “Los tres cerditos”, “Caperucita Roja”, “Pulgarcito”… Yo el primero, me encantaba dormirme escuchando una nueva historia cada noche. Fui creciendo y mi interés por los libros fue decayendo, hasta que un día, hablando con mi hermana y mi padre, decidimos crear un personaje, y una historia en base a ese personaje.

Se llamaba “Supermendruguito”. Era un trozo de pan con mallas grises y larga capa que aparentaba ser un superhéroe. Luchaba contra su archienemigo “Moho”, un hongo maligno que buscaba destruir todo el alimento del mundo. De las ilustraciones nos encargamos mi hermana y yo, y mi padre elaboró el guion, siempre con matices o ideas nuestras, era un trabajo en equipo. Una vez acabada, nos pusimos en contacto con una editorial y publicamos nuestro primer libro. Tuvo una gran acogida en su presentación y sacamos dos entregas más de la saga, tratando distintos temas que guardaban gran relación con nuestra vida diaria. Al avanzar a cursos superiores, nos vimos incapaces de seguir escribiendo, ante el gran número de materia que teníamos que estudiar, así que decidimos dejarlo.

Con el paso del tiempo, me di cuenta de algo. Aunque haya leído muchos títulos, como finalmente leí (El Quijote, La metamorfosis de Franz Kafka), el que de verdad me había cautivado era el que más cerca tenía. No porque hubiera colaborado en él, sino porque narra perfectamente muchas situaciones de hoy en día, muchas de ellas afectan a chicos como yo. Os pondré un ejemplo.

En el deporte actual hay atletas que son muy irrespetuosos, que ven el deporte como una manera de aplastar al rival y no ven más allá de la victoria, el premio y la primera página de los periódicos, olvidando la humildad y el respeto, al contrario. Luego hay otros que pese a ser muy buenos y ganar muchos títulos, nunca olvidan sus principios y es imposible encontrarles un mal gesto. Esto se ve reflejado en la tercera entrega de “Supermendruguito”, titulada “Supermendruguito y el clan de los tambonitos”.

En esta ocasión, los protagonistas de la saga junto con “Mendruguito”, Josúa y Jimona, dos amigos inseparables, viajan al “Cuerno de África” camuflados en el equipo de triatlón español, que iba a disputar el campeonato del mundo, porque sospechan de una actividad extraña de la que podía estar detrás el malvado “Moho”, que recordemos era el archienemigo de “Mendruguito”.

Allí conocen a Benru, un chico del equipo de Somalia de triatlón que protagonizará junto al capitán del equipo del Renio Unido la siguiente escena. Últimos metros de la carrera, el chico inglés iba primero, mientras que el somalí le pisaba los talones. Llegaron a la recta final, y se pusieron uno al lado del otro. El inglés, como ya había hecho en el calentamiento previo a la prueba, que acabó con Benru en el suelo, se puso hombro a hombro con él, buscando de nuevo desestabilizarlo y ganar la carrera. Benru entró al pique, y también forcejeó. Para sorpresa del británico, cayó al suelo, perdiendo la pugna y dejándole el campeonato del mundo en bandeja a Benru. Este, lejos de regodearse y entrar solo a meta, después de lo que le había hecho en el calentamiento, retrocedió para ayudar a levantar al británico, y lo acompaño hasta la meta, entrando los dos a la vez.

“Supermendruguito” me gusta porque además de tener una trama interesante, con giros de guión inesperados y tensión en algunos momentos, es un libro con muchas enseñanzas buenas para la vida, sobre todo para niños preadolescentes que están en un proceso de desarrollo. Enseña unos valores muy puros en muchas facetas de la vida, como en este caso el deporte.

Esta ha sido mi redacción, en la que os he querido contar una faceta mía que no suelo mostrar a mucha gente, la de lector, y espero que os haya gustado. ¡Ánimo lectores!

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