Hilo de cobre
Alumna: Verónica Masegosa Sánchez
Curso: 2º ESO
IES Gregorio Salvador, Cúllar (Granada)
JUUL TENÍA RIZOS.
Rizos rojos.
Hilo de cobre.
Eso gritaban los otros:
“¡Hilo de cobre!
¡Tienes mierda en el pelo!
¡Caca roja!»
Por eso, Juul cogió las tijeras.
Rizo a rizo a rizo, se los cortó.”
Y… ¿quién es Juul?
Juul es un niño cualquiera, con sus ganas de conocer amigos, de ir al parque a patear piedras mientras camina y de llenarse los pantalones de barro saltando en los charcos. Juul no es alguien que no conozcas. Juul podrías ser tú.
Juul siempre intenta caer bien a todo el mundo, causar buena impresión. Juul necesita gustar a todos para sentirse bien. ¿Por qué es tan difícil ser uno mismo? ¿Acaso es posible, sin quererse a uno mismo, reconocer que los ojos que te devuelven la mirada cuando te miras al espejo son los tuyos?
El Juul de los otros cree que se sentirá bien siendo alguien perfecto para los demás, lo que los demás quieren, alguien que no es él, un Juul que no es Juul.
¿Dónde está la esencia de Juul? Destruida. Rota junto a sus huesos, su carne, su cuerpo y su conciencia… Todos los escombros de Juul habitan en cada risa burlona e insulto que los demás le dicen. Para Juul no tiene ninguna gracia y con cada insulto crece un hueco en su alma, un agujero, su agujero, que lo devora. Entonces un intenso dolor le hace pensar en huir a un lugar donde ya no sienta nada, no sueñe nada, no vea nada y en donde el nudo que le ahoga se afloje para que su garganta trague la bola que lo está estrangulando.
¿Y qué se puede hacer? ¿Resistir? Juul siempre cede, sufre para intentar ser lo que los demás quieren que sea. Pero ¿qué pasa cuando después de todos esos cambios no ha conseguido nada de los demás? Pues que Juul ha malgastado su tiempo intentando agradar a los demás y hasta has olvidado en qué consiste ser Juul mismo.
Ese Juul de los otros, un Juul marioneta, sigue moviéndose según lo hace la maraña de hilos que lo atan de pies y manos y de pensamientos, y lo arrojan a lo más fondo de ese agujero, su agujero, vacío de puro hueco del que Juul no se ve capaz de escalar.
Un día, al agujero de Juul se asoma Nora. Nora tiene un brillo en los ojos diferente y en sus palabras no hay órdenes ni tiene hilos en sus manos que lo puedan hacer mover de alguna manera distinta a como Juul quiera. Nora no le exige nada ni le pide ser nadie. Nora solo quiere saber quién es Juul.
YO TENÍA RIZOS…
Rizos rojos.
Hilo de cobre.
Eso gritaban los otros:
“¡Hilo de cobre!
¡Tienes mierda en el pelo!
¡Caca roja!”
Por eso cogí las tijeras.
Rizo a rizo a rizo, me los corté.”
Juul nos enseña que no todos tenemos las mismas facilidades y que en la vida hay personas que lo pasan mal, que no podemos rendirnos y que debemos luchar por ser nosotros mismos y dejar que los demás lo sean. Una simple burla puede ocasionar mucho daño y estamos a tiempo de ponernos en el lugar del otro e intentar pensar en las consecuencias que podrían tener lo que hacemos o decimos. No creo que cueste tanto aceptar a los demás y valorarlos por lo que ellos mismos son. Lo ideal sería percibir que si todos fuésemos iguales no tendríamos nada para sorprender a los demás.