La revolución de las chicas
Autora: Jimena González Terencio
Curso: 2º ESO C
IES Kursaal, Algeciras (Cádiz)
¿Por qué a nosotras?, ¿por qué en este momento que se “suponía” que ya estaba superado?, ¿por qué después del esfuerzo que han hecho nuestras antecesoras y de todos sus logros?, ¿por qué en vez de vivir la vida dignamente, tenemos que estar enfadadas por las injusticias que nos rodean?, simplemente, ¿por qué?
No logro entender cómo un hombre puede criticar, maltratar, humillar, despreciar, controlar o infravalorar a una mujer sin pararse a pensar que, sin ellas, él ni siquiera existiría. Las mujeres somos personas imprescindibles para el desarrollo humano y nos merecemos que el hombre y la mujer se vean como iguales, es decir, que deberíamos tener los mismas ventajas e inconvenientes como seres humanos que somos. Pero no es así…
Cada una de nosotras deberíamos ser capaces de reivindicarnos, si en algún momento nos sentimos menos que un hombre. Eso es lo que intenta el grupo “Moxie”.
Vivian es una chica harta de las injusticias que le rodean. Harta de los comentarios machistas, harta del código de vestimenta que obliga a llevar ropa “decente” a las aulas, harta del acoso machista en los pasillos, harta de que favorezcan al equipo masculino de fútbol y, lo peor de todo, nadie se queja ni lo denuncia; pero eso lo va a cambiar. Para ello, decide hacer algo con el propósito de que esta situación cambie, y crea el grupo “Moxie”. Al principio, se siente insegura de lo que está haciendo; sin embargo, todo cambia cuando los alumnos de su instituto empiezan a confiar en su plan y apoyarlo. Vivian propone muchas ideas para hacerse reivindicar que, poco a poco, son cada vez más aprobadas. No sólo le apoyan chicas sino también chicos como Seth que, como os podréis imaginar, ellos dos se enamoran.
Prefiero quedarme el final para mí, para que podáis disfrutar como yo de este libro, que te ofrece muchos valores y sensaciones: luchar por conseguir nuestras metas, amor, odio, juventud, rebeldía, satisfacción, entusiasmo, inseguridad, sueños…
¿Conseguirá el grupo “Moxie” lograrlo?, ¿y nosotros?
Recuerda siempre que las mujeres somos guerreras, y que nunca estarás sola en esta lucha. Si sientes que la batalla está perdida, piensa que las guerreras nunca se rinden, porque en esta batalla el único final es conseguirlo.
Por trece razones
Autora: Larissa Mihaela Gongu
Curso: 2º ESO C
IES Kursaal, Algeciras (Cádiz)
Mira a una persona, quien sea. Alguien totalmente desconocido para ti. Analiza a esa persona, observa su comportamiento, disecciónala. ¿Qué crees que esconde?, ¿cuál es su mayor secreto?, ¿crees que le teme tanto a la muerte como tú?, ¿crees que es disparatado que desee la muerte tanto como tú deseas la vida?
Y tú, ¿cuál es tu mayor secreto? ¿Lo desvelarías? Piénsalo.
¿Qué has hecho en tu vida? Todo por lo que te sientas orgulloso. Algo tan pequeño como ayudar a alguien a levantarse después de caerse. O pasarle el balón al que peor juega del equipo, solo para que se sienta integrado. Seguramente te parece absurdo, algo insignificante. No obstante, para esa persona, puede ser un gesto importante: una sonrisa de corazón… Recuerdas cuántas veces has regalado una sin importarte a quien se la dabas. Regálalas, pues, no te cuesta nada, porque para Hannah Baker habría sido una pequeña razón para vivir. Sonríe, abraza, besa, apoya; hazlo porque sabes que no te gustaría encontrarte en ese lugar: el de la desolación. Y si estás en ese lugar, grítalo a los cuatro vientos. Canta, aunque lo hagas tan mal como yo; baila, aunque no te sepas los pasos; dibuja, pinta con las manos, da igual. No te des por vencido como lo hizo ella. Sé cómo eres de verdad; no cambies por otra persona, porque como dicen, vida solo hay una.
Hannah Baker es una chica de 17 años que se enfrenta al “bullying”, un acoso constante. La única salida que encuentra es el suicidio. Pero decide que nada quedará impune. Deja trece cintas de casete… En cada una, una razón, una persona, y todo lo que le hizo para formar parte de las razones de su suicidio.
Te contaría el final, créeme, ganas no me faltan; pero lo siento, para saberlo tendrás que leerlo. No me culpes por tu futura adicción.
Vuelve a mirar a esa persona ¿Qué piensas ahora de ella?