Omnia, todo lo que puedas soñar
Autora: Fabiola Quesada Fuentes
Curso: 1º ESO A
IES Accabe, Bedmar (Jaén)
Hola, yo soy Nico y os voy a contar la experiencia más loca que he vivido en toda mi vida.
Todo comenzó una tarde en casa y por costumbre hicimos una limpieza en ésta justo antes de navidad. Separábamos lo que se quería conservar de lo que no. Mi hermana Claudia empezó a sacar todos sus muñecos y los comenzó a separar según el uso que les diera. Mi madre me llamó para que recogiese todos los peluches que no servían de Claudia e intenté escaquearme pero no pude y se los tuve que llevar. Al cabo de un rato mi hermana empieza a llorar porque no encuentra a Trébol, su peluche favorito y que por error había colocado en la pila de peluches que yo recogí. Mis padres me echaron la bronca y al día siguiente se lo conté todo a Mei Ling, mi mejor amiga y me aconsejó una página donde según ella se vendían todo tipo de objetos. Se llama Omnia. Esa tarde en el ordenador de mi padre busqué al peluche e increíblemente apareció pero cuando fui a comprarlo saltó un tono de voz de la asistenta de Omnia que era Nia diciendo que fuera a consultarlo a la oficina de atención al cliente. Al día siguiente después del colegio fui a la dirección de atención al cliente donde me atendió una joven bastante seria que no entendía lo que le estaba contando del peluche, pero en ese momento llegó un señor con los pedidos que habían hecho por la zona. En ese momento mientras la joven y el señor discutían se me ocurrió la idea de meterme dentro de un paquete enorme de un pedido que era para devolución. El señor metió el paquete en el camión y yo me dormí, pero cuando desperté había llegado a un sitio debajo del océano lleno de tubos que rodeaban una esfera que sería el corazón de Omnia. Me metí dentro de un agujero y me pusieron un código de barras pensando que yo era un objeto devuelto y había un señor muy antipático que me mandó que fuese al despacho de una señora que me pidió mi firma en un contrato de trabajo en Omnia. Yo me quise negar pero si lo hacía iba a ser alimento para peces… Firmé y empecé a trabajar en empaquetado donde conocí a unos amigos muy simpáticos aunque no todos lo eran. Eran Micaela, Belay; mi compañero de habitación, Marlene, Fubu, que era algo raro aunque no era de este mundo y que se comunicaba conmigo por cartas y Danil. Ellos me enseñaron a trabajar en cada puesto de empaquetado y descubrí que la sección de juguetes estaba en el Sector 9F dentro del almacén, y que la gente decía que era infinito. En un descuido entré allí pero mi supervisor me pilló y mandó a un ejército de robots para que me capturasen pero yo no paraba de correr y cuando no podía más me metía en un rincón que tuviera cerca y me perdían de vista. Allí sobrevivía como podía buscando comida, viviendo en un respiradero y buscando a Trébol. Allí encontré juguetes que no sabía ni que existían y para que no me pillasen encontré un traje invisible y nadie me veía. Allí todos los días eran iguales, comía e iba a buscar al peluche que al fin y al cabo, era mi misión. Hasta que un día me pillaron sin la capucha puesta durmiendo en una torre de peluches y me llevaron con Thaddeus Baratiak; el fundador de Omnia, donde me contó la historia de la pérdida de su hijo Tobi, quién se perdió en el almacén tiempo atrás. Después de eso me llevaron de nuevo a mi puesto de trabajo hasta que un día Fubu, me mandó una carta diciendo que mis compañeros de empaquetado estaban dispuestos a llevarme directo a mi hogar sin que nadie se enterara ya que si eso ocurría le iban a hechar de Omnia directo al océano con los peces… Empezamos a darle forma a nuestro plan, y mis compañeros sabían que había un saboteador que conocía todo lo que quería hacer Nia, la robot que era incluso más lista que su creador tras su evolución. Una noche mientras Belay dormía, yo me volví a escapar con mi traje invisible al almacén porque había quedado con el saboteador para acabar de hacer el plan. Me metí en el respiradero y descubrí que si andaba hasta el final de éste me llevaría a algún sitio secreto; la guarida del saboteador. Él me contó todo lo que quedaba por hacer del plan que habíamos pensado; iban a meterme dentro de un baúl que supuestamente había pedido mi madre por internet hasta que me dí cuenta de que el saboteador era Tobi, el hijo que perdío el señor Baratiak hacía veinte años. Tobi se dio cuenta de que Nia había detectado nuestro plan loco. Nia mandó a los robots a capturarnos y él me dijo que huyera y lo conseguí pero parece ser que a él lo encontraron. Volví a mi puesto de trabajo y puse la excusa de que estaba enfermo para que Nia no sospechara de nuestro plan y resulta que llegó para empaquetar el baúl y no podíamos dejar que Danil ni Marlene me vieran metiéndome dentro de aquel baúl viejo y les dijimos que fuesen a por cajas ya que éste no cabía en una sola. En ese momento aproveché para meterme dentro y rápidamente ellos llegaron pero de un momento para otro llegó mi supervisor y resultó que Danil me había visto meterme dentro y por un momento pensé que todo se había chafado pero abrieron la caja y el baúl y me encogí todo lo que pude pero el supervisor nos siguió el rollo y le conté lo que había pasado con Tobi… Bueno un rato antes en susurros mis amigos se despidieron de mí mientras yo estaba dentro. Ahora solo faltaba pasar por los tubos y llegaría a casa aunque sin el peluche de mi hermana, la verdad es que yo estaba desesperado por llegar a casa… Horas después llegué a casa y me moví dentro de la caja ya que mis padres decían que ellos no habían pedido nada y que era un error. El mensajero se asustó y se fue pero yo salí de aquella caja y mi hermana me abrazó fuertemente pero le intenté contar lo que pasó con Trébol y ella me cortó y dijo que a ella solo le importaba que yo hubiera vuelto… Varias semanas después salió en las noticias el señor Baratiak diciendo que todo iba a cambiar a partir de ahora y me alegré mucho porque también salía Tobi y parecían muy felices los dos, con ganas de emprender nuevos proyectos y sin la influencia de Nia que tenía a todo el mundo controlado. También me llegó una carta de Fubu donde me daba recuerdos de parte de todos ellos y me dio un saludo también de parte de Baratiak diciendo que se avecinaban buenos tiempos para Omnia…