“Wonder: La lección de August”, de R.J. Palacio
Nombre: Andrea Gámiz Curiel
Curso: 1º ESO A
Centro: IES Moraima (Loja, Granada)
“Os cuento un secreto, la mayoría de los adolescentes se creen invencibles, pero no en plan Superman, invencible del tipo que piensas que mañana será un día mejor para empezar a perseguir tus sueños.”
Es una de la frase que dijo el cantante Zach Sobiech que me inspiró, pero en aquel tiempo cuando el cáncer no se apoderó de él la sociedad no era como la que es hoy en día.
Hoy en día el 70% de los adolescentes se tiran toda su adolescencia intentando moldear un cuerpo o una cara perfecta y se tiran todo el día echándose fotos frente un espejo para subirla a las redes sociales. La verdad no sé porque lo hacen. A lo mejor se sienten seguros de sí mismos o es porque quieren conquistar al chico/a que les gusta. Pero ese 30% de adolescentes son los que son diferentes, los “raritos” de clase. Esa persona que tú ves en la última fila del aula, con sus ojos centrados en otra cosa que no sea la clase. Al principio cuando ves a esa persona piensas que es muy rara o que a lo mejor como no es muy inteligente es bobo/a. Pero no es así, cada uno de ellos tienen dos mundos, uno de ellos es este donde hay personas de carne y hueso que con pocas palabras son capaces de infringir daño y remediarlo, pero el otro es el más especial, es el que ellos eligen, el que para ellos es su sueño llegar allí, son capaces de vivir en Hogwarts hasta casarse con Cole Sprouse.
Para mí, ese mundo es el de los libros, he vivido en tierras de Faulkner, he viajado en el barco de Moby Dick y he luchado con las tropas de Napoleón, he navegado con Huckleberry Finn, he vivido la historia de dos ciudades, montado en el triste tren de Ana Karenina y paseado por cumbres borrascosas. Es un mundo apasionante, así que respecto a mi libro preferido tengo miles y miles para elegir, por ello he decidido hablar de un libro poco conocido, el libro es Wonder La lección de August de R.J. Palacio.
Este libro trata de un niño que siempre camina con la cabeza agachada e intenta tapar su cara con el flequillo. Este chico se llama August Pullman, y es un niño diferente, pero no en la personalidad si no en el aspecto. August tiene diez años, es fan de La guerra de las galaxias y nunca ha ido al colegio. Su madre era la que se encargaba de su educación.
Pero este año sus padres han decidido que debería de relacionarse con otros niños e ir a la escuela. August siempre se sintió como uno más, pero lo que él no sabía es que se tenía que enfrentar a los niños que estaban en la etapa de la preadolescencia. Y, como era lógico, su integración en el colegio no es nada fácil. Algunos de sus compañeros se burlaban de su aspecto, pero eso no hace que Agust tire la toalla, consigue andar con la cabeza bien alta, sonreír aunque tenga un mal día y aceptarse así mismo. Da rienda suelta a su gran sentido del humor y con ello consigue que todos los chicos de su colegio le acepten tal y como es y lleguen a considerarlo un amigo.
La lección que no solo les enseña August, sino también a los lectores, es que hay que aprender a ver con el corazón y no con los ojos. La lección de August es una novela muy humana, que puede reflejar la sociedad típica en la que vivimos. “Intentar ser más amable de lo necesario. Porque no basta con ser amables. Uno debería ser más amable de lo necesario.” Les diré por qué me encanta esa frase, esa idea: es porque me recuerda que, como seres humanos llevamos dentro no solo la capacidad para ser amables, sino la elección de poder ser amables.